sábado, 28 de abril de 2018

Los Hitobashira (Los pilares humanos)



El oscuro japón guarda muchos secretos, y uno de los más oscuros son los sacrificios humanos que aun se siguen haciendo.

Hitobashira como ellos los llaman.

Te imaginas morir encerrado en la profundidad de los simientos de un edificio, en el frió, la humedad, esperando a que la muerte tenga piedad por nosotros.

Sufrir la claustrofobia, el hambre, la locura, y la muerte en cada segundo.

Los hitobashira eran personas que se utilizaban como sacrificios humanos, se enterraban vivas o semivivas en los simientos de las construcciones japonesas para que estas no fueran destruidas, invadidas, inundadas, o destruidas por algún terremoto o desastre natural.

Los origenes de los Hitobashira

En el antiguo Japón había un libro llamado Nohanshoki, considerado en nuestros tiempos el segundo libro más antiguo de Japón.

En este libro se cuentan las historias y secretos oscuros del antiguo Japón.

Hay un apartado dedicado a los Hitobashira en el cual se detalla la forma cruel y aterradora con que los ingenieros preparaban a sus pilares humanos.

Esta es la primer mención que se tiene de los Hitobashira en toda la historia, y es juzgada por las descripciones tan vividas de estos sacrificios.

El castillo de Matsue edificado en los cimientos de una bella joven 
 Esta imponente construcción sufrió un percance en su construcción. 
 Una de sus torres tenía en su interior un fallo que la hacia frágil e inestable. 
 Si no se arreglaba todo el castillo podría colapsar. 

 Los ingenieros utilizaron todas sus técnicas para mantener esta torre en pie, pero cada uno fracasó.
 Llegaron a la conclusión que la única forma de conservar la solidez era con un sacrificio humano.
 Cuenta la leyenda que escogieron a la joven más bella del poblado, una joven que tenía el don del baile y la danza.  
La encerraron entre los muros centrales del castillo, en una eterna y oscura soledad. 
 Se cuenta que por obra divina el problema ceso. 
Y el castillos hasta nuestros tiempos sigue en pie. 

 El fantasma que cuida el castillo de Maruoka 

 Esta es otra leyenda que cuenta la práctica del Hitobashira. 

 Es mejor conocida como la leyenda de Oshizu. 

 Oshizu era una anciana campesina, que en sus últimos años de vida comenzó a perder la vista. 
 Ella por su propia cuenta se ofreció como sacrificio humano para estabilizar los muros del Castillo de Maruoka, con una condición... 
 Pidió a cambio que su hijo fuera considerado para el servicio. 
 Los registros muestran que el sacrificio se realizó en 1576, pero los ingenieros hicieron casi omiso a su promesa. 
 La anciana murió en el olvido enterrada entre las piedras del castillo. 
 Se dice que desde entonces el foso del castillo se inunda, cosa que antes nunca pasaba. 
 Las personas creen que se trata de las lagrimas de la anciana que llora por su hijo. 
 El hitobashira se sigue practicando a la fecha. 

 En la actualidad estos sacrificios humanos se siguen practicando en las construcciones de Japón. 
 Se considera que todos los obreros que mueren en construcción son sacrificios humanos para sus deidades. 
 Aunque muchos consideran que son accidentes, cuenta la leyenda que muchos de estos son ocasionados como una plegaria de los ingenieros para que sus construcciones perduren en el tiempo.

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