martes, 29 de diciembre de 2015

Leyendas urbanas de Navidad



La invención de Rodolfo el reno y el origen de los villancicos son algunas de las ficciones que se han creado alrededor de esta festividad.

Diciembre es el último mes del año, la época en la cual las familias se reúnen y los amigos se encuentran. Es el mes del nacimiento del niño Jesús, el momento en el cual Santa Claus entra por la chimenea y te deja regalos, bueno... Al menos eso es lo que nos han contado.
¿Sin embargo que es la Navidad? De acuerdo con el sitio navidadlatina.com es uno de los festejos más importantes del cristianismo, pues se conmemora el nacimiento de Jesucristo.

Sin embargo, la navidad va mas allá de un festejo religioso que nada tiene que ver con el nacimiento de Jesús, pues el verdadero significado de la navidad se relaciona con un festejo pagano.

Navidad es un festejo que se relaciona con el solsticio de invierno, pero a raíz de la aparición del cristianismo su significado se transformó.

El origen del árbol de Navidad. Su origen se remonta a una leyenda europea. Se dice que durante una fría noche de invierno, un niño buscaba refugio, lo recibieron en su casa un leñador y su esposa y le dieron de comer.


Durante la noche, el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios. Para recompensar la bondad de los ancianos, tomó una rama de un pino y les dijo que la sembraran, prometiéndoles que cada año daría frutos. Y así fue: aquel árbol dio manzanas de oro y nueces de plata.

Por su parte, los germanos vestían sus árboles en invierno (cuando perdían hojas) para que los espíritus buenos que en ellos habitaban regresaran pronto. Los adornos más comunes eran manzanas o piedras pintadas. Se dice que éste fue el origen de las esferas.

Santa Claus. Tambien llamado Papá Noel Sinterklaas o Père Noel, según el país, está inspirado en la vida del obispo de Mira (la actual Turquía), quien fue muy popular por su bondad y por su generosidad con los pobres.

Por otro lado mucha gente cree que Papá Noel es una creación de una campaña publicitaria de Coca-Cola, lo cual es absolutamente falso. En realidad, esa compañía pidió al reconocido artista Haddon Sundblom que creara una serie de dibujos publicitarios que tuvieran a Papá Noel (Santa Claus, tal como se lo conoce en Estados Unidos) con una botella del refresco en sus manos.

Jesús no nació en diciembre. Todos los datos que los cristianos dan por históricos son invenciones tardías. El año del natalicio del judío Jesús no fue el 1 de nuestra época, sino el 7 o 6 a.C.


Durante el siglo III se propuso datar el natalicio en fechas como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 y 25 de mayo y algunas otras. El Papa Fabián (236-250) calificó de sacrílegos a quienes intentaron determinar la fecha del nacimiento de Jesús.

Entre los años 354 y 360, el Papa Liberio (352-366) fijó como fecha inmutable la de la noche del 24 al 25 de diciembre, día en que los romanos celebraban el nacimiento del Sol Invencible.

Belén no es el lugar donde nació Jesús. El lugar más probable del nacimiento de Jesús pudo ser Nazaret o, mejor Cafarnaún, pero nunca Belén. El concepto del belén actual se lo debemos a san Francisco de Asís, quien, en la Navidad de 1223, celebró la misa dentro de una cueva de Greccio en la que había instalado un pesebre con una imagen en piedra del Niño Jesús, así como un buey y un asno vivos.

Los villancicos son de origen cortesano. Proceden de unas composiciones españolas del siglo XV-XVI que eran cortesanas y versaban sobre temas amorosos. Durante los siglos XVII y XVIII se transformaron en lujosas cantas religiosas y posteriormente aparecieron las tonadillas populares.

La magia de unos reyes de los que jamás se supo nada. De quienes hoy conocemos como Reyes Magos sólo se habló en el texto de Mateo, pero es tan poco lo que se dice de ellos que las tradiciones posteriores tuvieron que inventarlo absolutamente todo. Hasta el siglo IV los Magos fueron dos, cuatro, seis, doce o sesenta, según fuera la tradición.

Entrado ya el siglo III, Tertuliano, para evitar la mala fama que tenían los magos persas, transformó a los Magos en reyes de Oriente. En un mosaico bizantino de mediados del siglo VI, en San Apollinare Nuovo (Rávena, Italia), aparecen por primera vez sus nombres actuales, pero los tres magos aún iban ataviados a la usanza persa.

Rodolfo el reno. A pesar de que es un símbolo, este reno no forma parte de la historia original de la Navidad, es una creación de Montgomery Ward, una cadena de tiendas departamentales.

La costumbre de hacer regalos en navidad. Muchos piensan que estas tradición se debe a los regalos que recibió Jesús por parte de los Reyes Magos; sin embargo, lo cierto es que la gente había estado intercambiando regalos los días 25 y 26 de diciembre durante siglos antes de Cristo con motivo de las fiestas del solsticio. Los antiguos romanos lo hacían en las saturnales, las fiestas en honor del Sol.

En cualquier caso, entonces no hubo un intercambio de regalos, sino que los Reyes Magos entregaron presentes a Jesús, como era la costumbre en la época cuando se visitaba a personas relevantes. Al fin y al cabo, como muestra el evangelio de Mateo, ellos se interesaron en Jesús por tratarse del futuro rey de los judíos.

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miércoles, 23 de diciembre de 2015

Leyenda de la Casa de las siete chimeneas



Hay una vieja leyenda en Madrid (España) que narra una escalofriante historia de fantasmas en la casa de las Siete Chimeneas, construida en 1577.

Historia


La antigua ciudad de Madrid alberga oscuras leyendas entre sus muros, calles y edificios. Una de las más famosas y espeluznantes es la de la leyenda de la casa de las siete chimeneas. Un edificio construido entre los años 1574 y 1577 por Antonio Sillero y Juan de Herrera, para Pedro de Ledesma. En la actualidad alberga la Sede del Ministerio de Cultura.


Cuenta la leyenda que alí vivía una dama de nombre Elena, hija de un caballero de la corte de Felipe II y su marido, el capitán Zapata. Su felicidad fue muy breve, al poco tiempo de contraer matrimonio, Zapata murió en la guerra de Flandes.


La joven Elena al verse sola, cuentan que no pudo hacer frente y al dolor y una día apareció muerta en su dormitorio (jamás se esclarecieron las causas de su muerte) y su cadáver desapareció.


Debido a este suceso ,en los mentideros de la Corte no se habla de otra cosa, un tema que poco a poco comienza a dar que hablar y a causa de la superstición, nadie quiso habitar la casa durante los años siguientes.


Algunos vecinos, a partir de entonces, aseguraron que, algunas noches, la figura de una mujer vestida de blanco, con los cabellos al viento, andaba por los tejados portando una antorcha en la mano, y también contaron que la dama de blanco se arrodillaba en dirección al Alcázar Real, dándose golpes de pecho.


Actualmente, el edificio de la casa de las siete chimeneas, es un lugar extraño y en ocasiones evitado por muchos ciudadanos de la villa y corte de Madrid. Un lugar que, a pesar del devenir de los siglos, aún produce escalofríos.


Esta historia salió a la luz en la prensa a finales del siglo XIX, cuando al reformar el edificio, entonces propiedad del Banco de Castilla, se encontraron entre los muros de los sótanos, el esqueleto de una mujer y varias monedas de la época de Felipe II.

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lunes, 21 de diciembre de 2015

La familia Sawney Beane y sus crímenes



Durante el Siglo XVI cerca de las costas del Oeste de Escocia, moraba en el interior de una cueva una familia de caníbales que asaltaba y devoraba a cualquier viajero que pasase por las cercanías de sus dominios…

Una familia de caníbales incestuosos


Sawney Beane nació en una familia granjera a las afueras de Edimburgo, cerca de la costa oeste de Escocia, en algún momento a finales del XVI.

Acompañado de su mujer, abandona el hogar siendo muy joven, e inician un viaje hacia el lado opuesto del país. En mitad de la travesía deciden ocultarse en una profunda caverna. La entrada era una pequeña grieta a través de la cual se extendía una cueva de alrededor de una milla.


Esta caverna le sirvió como hogar a los Beane durante los próximos veinticinco años.


Al principio subsistían de las pertenencias que habían robado a los distintos viajantes que fueron asaltados y asesinados. Pero pronto sus necesidades iban a ser más exigentes. El incesto era una práctica habitual en la caverna, de tal forma que se mantenían relaciones entre hermanos, padres, madres e hijos… La necesidad de comida iba en aumento, pues la familia seguía creciendo. La solución a sus problemas, la seguían encontrando en los viajantes que asaltaban, pero ésta vez transportaban el cadáver a la caverna, donde era devorado. Se aficionaron a la carne humana.


Durante 25 años estuvieron desapareciendo viajeros en las extensiones rocosas de Galloway; lo único que se encontraba de los desaparecidos eran restos, partes de los cuerpos halladas ocasionalmente en la costa, despojos que no solían consumir y arrojaban al mar.


Estos restos humanos suscitaban las más diferentes teorías. Una de ellas era que los viajantes podrían estar siendo atacados por una manada de lobos; sin embargo, ésta hipótesis no se sostuvo durante mucho tiempo pues no sólo desaparecían individuos que viajaban solos, sino que también se echaron en falta a grupos, en ocasiones atacaban a grupos de cuatro, cinco e incluso seis personas si iban a pie, eso sí, nunca a más de dos si iban a caballo. Eran muy cuidadosos asegurándose las posibles vías de escape y nunca dejaban a nadie con vida.


Otra explicación era más descabellada: podría ser que los terrenos rocosos estuvieran habitados por hombres lobo o demonios.

Con el tiempo surgió otra hipotesis, alguno de los dueños de las posadas los debía ejecutar por las noches mientras dormían y enterrarlos en algun lugar aislado para no ser descubiertos. Esto ocasionó muchos juicios a inocentes que según la tradición de la época eran torturados hasta que se les arrancaba una confesión de culpabilidad y posteriormente eran ejecutados. Gran cantidad de posaderos inocentes fueron asesinados por este motivo y muchos otros abandonaron su trabajo por miedo a ser los siguientes. Esto ocasionó que la zona aún se volviese más desierta y el transito de mercaderes y viajeros descendiera.


¿Cómo se descubrió a la Familia Caníbal?

Una tarde, un grupo de 30 personas regresaban a casa tras haber pasado el día fuera cuando escucharon unos gritos delante de ellos. Al llegar a el lugar del tumulto se encontraron con un hombre que se defendía pistola en mano contra una banda de atacantes de aspecto salvaje. Cerca de él yacía su mujer en el suelo, destripada, mientras algunos de los atacantes le arrancaban pedazos de carne y se la comían cruda. Las mujeres del clan la habían cortado el cuello y bebían su sangre. El hombre temeroso de caer su misma suerte se defendía desesperadamente con su pistola así como con su espada contra una “jauría” de entre 25 y 30 hombres del clan. Los viajeros, atónitos, no podían creer lo que veían. Al ser descubiertos, el clan de los Beane huyó hacia las colinas. Ya existían pruebas sobre las misteriosas desapariciones.


La persona que aportó el testimonio sobre lo ocurrido fue el marido superviviente del ataque. La historia llegó a oídos del rey James I de Inglaterra, el cual decidió tomar serias medidas: envió a 400 soldados acompañados de perros de caza a la zona; los perros hallaron rápidamente la entrada de la caverna, el fuerte olor a carne les facilitó la búsqueda.


Los soldados penetraron en la cueva siguiendo el pasadizo en forma de zig-zag hasta llegar al hogar de los Beany. Allí encontraron a 48 personas: Beane y su mujer, sus 8 hijos, 6 hijas, 18 nietos y 14 nietas, fruto de los continuos incestos entre todos ellos. El lugar estaba lleno de brazos, piernas y demás miembros, amontonados unos sobre otros. Algunos trozos de carne habían sido salados, con intención de conservarlos para los siguientes meses.


Tras ser descubiertos, el rey los calificó como bestias salvajes no merecedoras de juicio alguno. Tanto Sawney como los 26 hombres del clan fueron torturados y desmembrados en público. Todo el proceso fue contemplado por las mujeres, a quienes les esperaba la hoguera.


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domingo, 20 de diciembre de 2015

La misteriosa montaña de los muertos



Uno de los misterios más extraños y aterradores de la era moderna son las muertes enigmáticas de nueve alpinistas rusos cuyo viaje terminó en una tragedia tan horrible que desconcertó a los expertos durante más de medio siglo. Las excursiones a la naturaleza pueden ser una experiencia estimulante pero también puede convertirse en un trágico suceso. Este fue el destino que corrieron los nueve amantes de las montañas a finales de 1950. Las pruebas de esta tragedia no sólo se trataba de fotografías, sino también de los extensos registros (muchos de los cuales todavía están presuntamente clasificados) de los militares soviéticos que investigaron el extraño caso sin llegar a una conclusión definitiva a pesar de la gran cantidad de evidencias físicas. De hecho, los investigadores encargados de este caso fueron obligados a atribuir el caso a “una fuerza desconocida convincente”.


Empieza la expedición

El 25 de enero de 1959, un instructor de esquí, tres ingenieros y siete estudiantes del Instituto Politécnico Ural, en la antigua ciudad de Sverdlovsk, se subieron a un tren comenzando un viaje cerca de la Sierra Otorten, situada en los Urales del Norte, para una expedición de esquí. El líder de la excursión era un entusiasta de 23 años llamado Igor Dyatlov, encargado de reunir a un equipo de esquiadores, hombres y mujeres con la intención de que este viaje serviría como un ejercicio de entrenamiento para una futura expedición a las regiones árticas más difíciles y peligrosas. En dirección a los “Montes Urales”, cayó uno de los miembros del equipo, Yury Yudin, que enfermó y fue obligado a permanecer en el asentamiento de Vizhai, que era el último bastión antes de la Sierra Otorten. Yudin se despidió de sus compañeros sin imaginar que ese momento le traería mucha suerte. Después de la muerte de sus compañeros Yury siempre repetía lo mismo:


“Si yo tuviera la oportunidad de pedirle a Dios una sola pregunta, sería:” ¿Qué les pasó realmente a mis amigos esa noche?”

Dos días después de embarcarse en su aventura, los nueve miembros restantes, incluyendo los ingenieros Rustem Slobodin, Krivonischenko Georgyi y Nicolas Thibeaux-Brignollel, así como los estudiantes Yuri Doroshenko, Kolmogorova Zinaida, Dubinina Lyudmila y el instructor de esquí y guía, Alexander Zolotarev guiados por Igor Dyatlov, les llevó hacia su primera parada en el largo y agotador viaje, la montaña Gora Otorten. La fecha fue el 28 de enero 1959. El equipo nunca llegaría a su destino y ninguno de ellos volvería a ser visto con vida.


La búsqueda

El 11 de febrero de 1959, el equipo de Dyatlov tendría que haber llegado a Vizhai. Lo primero que tendrían que haber hecho a su llegada era enviar unos telegramas a sus seres queridos anunciando el éxito de su misión. Cuando los familiares no recibieron los telegramas, la mayoría de los familiares del equipo no estaban preocupados, ya que viajes como el que realizaron rara vez finalizaba en el tiempo programado. Pero cuando pasó más de una semana sin noticias de los esquiadores, sus familiares comenzaron a exigir al Instituto Politécnico Ural que organizara una operación de búsqueda y rescate. El instituto no tenía posibilidades de realizar ninguna operación de rescate por lo que las autoridades civiles y militares se involucraron en la búsqueda. Aviones militares y helicópteros fueron enviados rápidamente a la zona. El 25 de febrero, un piloto observó por primera vez algo extraño en una de las laderas.


El inicio del misterio

El inicio del misterioAl día siguiente, el grupo de búsqueda en tierra, incluyendo un estudiante y compañero de los alpinistas desparecidos llamado Mikhail Sharavin, se abrieron paso hasta un campamento abandonado en la ladera oriental de una montaña que aparecía como “1079”. El pico es conocido por los miembros de una tribu indígena Mansi como “Kholat Syakhl”, que traducido en la lengua nativa era la “Montaña de los Muertos”. El equipo de rescate descubrió una tienda muy dañada y una gran cantidad de huellas hechas por lo que parecía ser al menos ocho personas diferentes que estaban alrededor de la tienda devastada. Sharavin describió la situación que observó:


“Descubrimos que la tienda estaba rasgada por el medio y cubierta por la nieve. Estaba vacía, y todas las pertenencias del grupo y los zapatos habían quedado atrás.”

Los miembros de rescate se dieron cuenta de que las pistas consistían en pies descalzos con calcetines y en otro caso, con un solo zapato. Las pistas conducían a una pendiente hacia una zona boscosa altamente densa, pero las pistas estaban cubiertas por la nieve alrededor de 450 metros de distancia de la tienda. Sharavin siguió el rastro y encontró los restos de un fuego debajo de un antiguo pino, y con ello algo mucho peor.


Cerca de las cenizas del fuego había los restos congelados de dos miembros del equipo, Doroshenko y Krivonischenko. El equipo de rescate observó con desconcierto total que a pesar de que los cadáveres estaban cerca de la tienda los dos hombres estaban desnudos y descalzos, con la excepción de su ropa interior. Los investigadores también observaron que las ramas del pino estaban rotas hasta una altura de casi 4,5 metros. Las pruebas forenses confirmaron que los rastros de piel que se encontraron incrustados en la corteza del pino, indicando que la pareja había intentado frenéticamente subir al árbol, cortando las ramas hasta que sus manos se convirtieron en una masa de carne pulposa. En ese momento los investigadores empezaron a preguntarse qué clase de “bestia” podría asustar tanto a los hombres para abandonar sus ropas, a pesar del frío de congelación, y arrancarse la piel de las palmas de sus manos en un intento desesperado por llegar a un lugar seguro. El hecho de que no había huellas de animales evidentes y que no tenían el tiempo suficiente para hacer fuego, combinado con el hecho de que los cuerpos de los hombres se mantuvieron intactos aumentó las dudas de los investigadores.


Poco tiempo después de encontrar los cuerpos de Doroshenko y Krivonischenko, se encontraron con el cadáver del líder del equipo Dyatlov a 270 metros de distancia de los otros cadáveres, pero un poco más cerca de la tienda de campaña. Dyatlov estaba sobre su espalda, una mano se aferraba a una rama de un árbol de abedul mientras que la otra mano parecía que se protegía la cabeza de algún asaltante desconocido.


Medio enterrado en la nieve, cerca de la tienda de campaña se encontró el cuerpo de Rustem Slobodin, tirado boca abajo en la nieve. El cráneo de Slobodin tenía una fractura, sin embargo, los médicos expertos determinaron que la causa más probable de la muerte fue la hipotermia, lo cual sólo agravaba el desconcierto de los voluntarios y militares participantes en la búsqueda.


El cadáver de Zinaida Kolmogorov era la que estaba más alejada del grupo. Los rastros de sangre fueron encontrados cerca de su cadáver, sin embargo, no se reveló si la procedencia de la sangre era de su cuerpo. El equipo de rescate no podía entender por qué no había evidencia de lucha.


Del resto del equipo, nada se supo. Los investigadores no podían comprender por qué un grupo de esquiadores experimentados estaban desnudos en la nieve, tampoco que era lo que hizo actuar de manera imprudente. Aún más sorprendente fue el hecho de que los investigadores, después de la inspección de la tienda dañada, llegaron a la conclusión de que la tela había sido rota desde el interior, como si sus ocupantes hubiera querido escapar desesperadamente por algo que estaba en el interior de la tienda, o simplemente necesitaron salir a toda prisa por algo que se acercaba. En medio de los escombros de la tienda devastada, los investigadores descubrieron rollos de película sin revelar y las revistas de algunos de los miembros de la expedición, pero en lugar de ayudar a resolver el misterio, estos hallazgos sólo añadieron muchas mas preguntas.


El resto de los miembros del equipo

Después de dos meses de búsqueda infructuosa, el deshielo de la primavera finalmente reveló al resto de los miembros del equipo que faltaban situados en un barranco a unos 68 metros de donde se encontró a Doroshenko y Krivonischenko. Los cuatro esquiadores restantes, el instructor Alexander Zolotaryov, el ingeniero Nicolas Thibeaux-Brignollel y los estudiantes Alexander Kolevatov y Dubinina Ludmila, fueron descubiertos enterrados a 3 metros debajo de la nieve y el hielo. Todos tenían al parecer brutales heridas internas. A diferencia de sus compañeros que habían perecido antes, estas víctimas estaban completamente vestidas. Al igual que en el caso de Slobodin, el cráneo de Thibeaux-Brignollel mostraba señales de haber sido golpeado por un objeto pesado. Alexander Kolevatov y Dubinina Ludmila habían sido golpeados hasta romperles varias costillas y con daños internos masivos. Curiosamente no había indicios de lo que podría haber causado esos traumas severos, e incluso aun más extraño, los cuerpos no mostraban signos de algún daño en los tejidos blandos o simplemente moretones. El Doctor Boris Vozrozhdenny, que realizó la autopsia a los cadáveres, dijo que la fuerza con la que los cadáveres fueron golpeados superaba con creces a la fuerza que puede ejercer un hombre, y llegó a afirmar que los daños eran “igual que el efecto de un accidente de coche”.


Los investigadores también se sorprendieron al observar que la cabeza Dubinina estaba inclinada hacia atrás. Tras la autopsia afirmaron que su lengua había sido arrancada. También señalaron que en algún momento, estas personas utilizaron la ropa des sus otros compañeros fallecidos para hacerse abrigos, pantalones y sombreros. Los investigadores no estaban seguros de si ese fue el resultado de vestir demasiado rápido para huir. 


En los funerales de los cadáveres, muchos familiares afirmaron que la piel de alguno de los miembros del equipo ya fallecidos tenia un color naranja natural y además señalaron que sus pelos tenían un tono opaco de color gris. Otro dato era que algunas de las prendas de vestir que se encontraron en los cuerpos dieron emisiones superiores a los niveles normales de radiación.


La investigación

Lo primero que hicieron fue intentar reconstruir los acontecimientos que condujeron a la muerte de todo el equipo con la ayuda de las revistas y los rollos de película descubiertos en el lugar. El misterio principal era por qué el equipo de Dyatlov optó por acampar en una cara de la montaña totalmente descubierta cuando había un desvío a menos de un kilómetro y medio que les habría permitido alguna protección contra elementos hostiles. En este sentido Yudin, el único miembro que sobrevivió gracias a una oportuna enfermedad, arrojó luz sobre esta cuestión:


“Dyatlov probablemente no quería perder la distancia que habían cubierto”.

Las fotografías tomadas a partir de los rollos de película que se encontraron en la tienda de campaña revelaron que los miembros de la expedición se habían establecido en el campamento el 2 de febrero, aproximadamente a las 17:00h en la ladera de Kholat-Syakhl, con el fin de salir de las inclemencias del tiempo. En las fotografías todos se les veía joviales y saludables. Los investigadores llegaron a la conclusión de que alrededor de las 19:00h el equipo comió y poco rato después los miembros se establecieron para pasar la noche. 


La temperatura en la ladera era de -15ºC, lo que hacia a los investigadores preguntarse por qué los miembros del equipo se encontraban en estado de desnudez. A parte de ese detalle, los investigadores coincidieron en que hasta ese momento todo era relativamente normal. Los médicos forenses estimaron que los acontecimientos que condujeron a la muerte de los miembros del equipo tuvo que ocurrir entre las 21:30h y las 23:30h. Basaron esta especulación sobre los alimentos no digeridos encontrados en los estómagos de las víctimas.


Teorías

La tribu de los Mansi

Algunos expertos apuntaron que la expedición entró en el territorio de la tribu de los Mansi, que enfurecidos por la intrusión del equipo obligaron a los miembros a salir corriendo de la zona. En la huida los gritos de Dubinina llegaron a molestar a uno de los Mansi, que lo tiro al suelo, le rompió las costillas y le quito la lengua para evitar que chillara. Aunque según los investigadores militares los golpes observados en los cadáveres no los podía haber hecho un ser humano.


Seres extraterrestres

Según los informes archivados, Lev Ivanov, el principal investigador soviético sobre el caso, recogió un informe de un grupo de excursionistas que estaban acampados en un área de aproximadamente 32 kilómetros al sur de Kholat Syakhl en la noche en cuestión, cuando divisaron una serie de “extrañas esferas naranja” en el cielo hacia el norte. Ivanov creía que esas esferas podrían haber estado involucradas con las extrañas muertes del equipo. En una entrevista de 1990, Ivanov afirmó que había recibido la orden de cerrar el caso y clasificar los resultados como “alto secreto”. Según el propio Ivanov en una entrevista con un periódico soviético declaró:


“Yo sospechaba en ese momento, y estoy casi seguro ahora, de que estas esferas brillantes que volaron en la zona tenía una conexión directa con la muerte del grupo.”

Los investigadores afirmaron que había una evidencia sobre la interacción extraterrestre y la carne de color naranja y el pelo gris que tenían las víctimas, además de la ropa contaminada con un bajo nivel de radiación.


Experimento militar

Esta conjetura supone que el gobierno soviético estaba llevando a cabo una prueba altamente clasificada de un arma desconocida en las laderas solitarias de Kholat Syakhl y que ya sea intencionalmente o por accidente, el equipo fue víctima de esta arma monstruosamente poderosa.


Los Almas

Hay quienes propusieron que el equipo fue víctima de la bestia salvaje de Siberia, conocida por los lugareños como “Alma”. Muchos han afirmado que el rugido aterrador de la bestia podría haber sido una de las razones del pánico. Las dos principales razones de esta teoría son las heridas de impacto aparentemente inexplicables que se encontraron en los cráneos y los torsos de algunos de los cadáveres y un trozo de papel que supuestamente fue descubierto cerca del camping que decía:


“A partir de ahora sabemos que hay muñecos de nieve.”

En conclusión

Por más de medio siglo, forenses expertos, científicos, militares e investigadores han intentado averiguar lo que realmente pasó en las montañas. El 2 de febrero de 2008, en una conferencia de investigación integrada por la Universidad Técnica Estatal de los Urales y la Fundación Dyatlov, seis miembros sobrevivientes del grupo de rescate de 1959, así como 31 técnicos expertos reunidos en Ekaterimburgo, Rusia, analizaron las pruebas y determinaron lo ocurrido al equipo de Dyatlov. 


Después de mucha deliberación concluyeron que sus muertes fueron probablemente el resultado no intencionado de una prueba militar secreta. No hace falta decir que hay mucha gente que no están de acuerdo con esta conclusión. Ahora, a pesar del esfuerzo de desacreditar y desmitificar este evento, el “Incidente del Paso Diatlov” sigue siendo uno de los grandes misterios del siglo 20 y una de las historias reales más aterradoras de todos los tiempos


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