viernes, 26 de agosto de 2016

El hombre de Taured



Misterio en el aeropuerto de Tokio

Un día cálido de julio de 1954 arribó un hombre al aeropuerto de Tokio, en Japón. Su apariencia era caucásica y su presentación ordinaria, pero aun así algo hizo sospechar a los oficiales que se encontraban de guardia. Uno de ellos le solicitó su pasaporte, el cual se veía completamente original, con los sellos de rigor… incluso presentaba visitas anteriores a Japón y a otros países del primer mundo (principalmente europeos). Solo había un pequeño problema: el país en el que había sido emitido el pasaporte, llamado Taured, no existía.


El hombre pareció confundido. No, no y no. Claro que Taured existía, era un pequeño principado ubicado en el noroccidente europeo. Solicitó un mapa para mostrarlo a los escépticos oficiales y automáticamente apuntó a un punto entre España y Francia, muy cerca al actual principado de Andorra. Su confianza se vio minada cuando se dio cuenta de que en este mapa no aparecía Taured. Comenzó a preocuparse, insistiendo en que su pequeño país había existido por más de mil años, pero los oficiales, como es lógico, no le creyeron. El hombre seguía insistiendo y para probarlo comenzó a mostrar el resto de su papeleo.


Hablaba varios idiomas, aunque su lengua materna era el francés. Tenía papeles que lo señalaban como un ejecutivo de una empresa europea en un viaje de negocios en Japón, así como las reservaciones del hotel en el que iba a hospedarse. Pero cuando los oficiales comenzaron a investigar estos datos dieron con que la compañía que venía a visitar no tenía registros de él ni de su empresa, y que el hotel donde tenía las reservaciones no lo había registrado. El banco en el cual tenía su cuenta tampoco parecía existir.


¿A dónde fue el hombre de Taured?

Los oficiales llevaron a un reacio hombre a un cuarto donde permaneció, junto con sus objetos, bajo custodia de la oficina de inmigración mientras solucionaban el misterio. Pero a la mañana siguiente, el hombre había desaparecido y sus cosas no estaban. Un escape era poco probable, pues la puerta de la habitación estaba vigilada y no había ventanas que dieran a zonas externas. Los corredores, además, tenían cámaras de seguridad. Era como si el llamado hombre de Taured se hubiera esfumado.


Pero esta es precisamente la teoría de muchas personas conocedoras de la historia. Repasemos: un hombre con un pasaporte completamente legítimo y documentos certificados presenta una serie de datos coherentes pero falsos que incluyen una reunión no confirmada, un país inexistente y una cuenta bancaria en un banco del que no hay rastro alguno. El hombre porta monedas de diferente denominación, habla varios idiomas y se muestra indignado ante lo que él considera la incompetencia de los oficiales. Después sencillamente desaparece.


Lo que se propone es que el hombre, por razones desconocidas, terminó en una realidad que no era la suya. En algún giro del universo se transportó a un mundo desconocido, que habría divergido del nuestro unos miles de años atrás, para luego volver a su mundo o, por qué no, visitar uno diferente. Esta teoría tiene miles de adeptos alrededor del mundo y va de la mano con otros reconocidos casos de realidades alternas: de personas que parecían provenir de “otro” mundo, aunque ese mundo fuera también el nuestro.

¿Creen ustedes en las realidades alternas? ¿Y en la posibilidad de viajar, voluntaria o involuntariamente, entre ellas?



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