En el mundo occidental el uso del hachis (producto del cannabis de efecto más potente que la planta natural) no era conocido hasta que Marco Polo en uno de sus viajes dirigió la atención de los Europeos a esta preparación en el siglo XIII, contando la historia del viejo de la montaña dueño de un jardín de delicias, donde bellas mujeres te invitaban a conocer el paraíso y donde encadenaba tu voluntad para siempre, esta historia siempre a estado entre la leyenda y la realidad.
El viejo de la montaña o SHEIK-AL-JEBAL en árabe (también traducido como príncipe de la montaña) designa más un título que a una persona en particular quien era el líder de un grupo religioso Chii-ismaelita de musulmanes en oriente medio, donde inicialmente operaban en secreto hasta que su fama de infalibles los alcanzo y fueron conocidos por sus estrategias de asesinatos selectivos contra políticos, militares e incluso reyes.
El centro de esta organización se encontraba en Alamut la fortaleza de los Hashashins, al sur del mar Caspio y al norte de Irán en una fortaleza aparentemente inexpugnable, sin embargo sus miembros estaban repartidos en Persia y Siria esperando recibir las siguientes órdenes que beneficiaran a la organización.
El nombre que ellos mismo se daban era los Nizarí y su primer líder fue Hasan bin Sabbah quien era descrito como alguien astuto, escurridizo poderoso y poco conformista alguien de temer si es que creía que eras un obstáculo o la siguiente víctima.
Las personas que eran llevadas al castillo de Alamut generalmente hombres, eran invitados a probar el hashish o hachís quien bajo los efectos poderosos de esta droga eran llevados a unos increíbles jardines ocultos a la vista que hacían recordar el paraíso y donde bellas mujeres cumplían todos tus deseos, es decir estabas en el paraíso aunque sea por unas horas.
Al despertar te encontrabas nuevamente en la fortaleza y con las sensaciones a flor de piel que poco a poco desaparecían te decían que si alguna vez querías volver a ese paraíso en la muerte debías servir a la organización y si morías en sus misiones o contra sus enemigos volverías a estar para siempre en ese escenario idílico.
Con esta introducción no había dudas en el corazón de los Nazaríes quienes cometían acciones terroristas aunque estas fueran mortales y a sabiendas que lo más probable es que no salieran vivos de ellas.
Para muchas de sus misiones peligrosas se les brindaba hashish el cual llenaba de fortaleza embriagadora sus pobres espíritus y así cometían cualquier misión criminal. A estos esbirros del viejo de la montaña, se les conocía como “bebedores de hashish” o hashashin de aquí que la palabra haya derivado al actual Assassin en Ingles y asesino en español.
Se cuenta una historia sobre un líder guerrero que entro en Alamut para hablar con Hasan, al estar en el mismo salón el guerrero le recomendó que se rindiera pues amenazó que dirigía a los hombres más valientes de todos y que él podría conquistar esta fortaleza al término del encuentro.
Hasan lo escucho y mirando a uno de sus hombres le ordeno que se lanzara desde la torre más alta hacia el vacío y ante la mirada estupefacta del líder guerrero el hombre se lanzó sin ninguna duda probando así quien tenía a los más valientes y entregados que no temían a la muerte.
Pasaron varios siglos donde entre encuentros, batallas y misiones, al final los mongoles destruyeron todas sus fortificaciones incluyendo Alamut, con sus tesoros y grandes bibliotecas, se pensó que estos desaparecieron en el tiempo, sin embargo en la actualidad se sabe que esta organización sobrevivió muchos siglos después y hoy en día existe un heredero de los antiguos imanes Nazaríes. Sobre sus actividades todo es desconocido, pero acaso… ¿no siempre fue así?
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