sábado, 6 de agosto de 2016

Leyenda de la Muelona



La Muelona o Colmillona es un personaje de la mitología Andina Colombia, que vaga por las noches, enfundando un traje de mujer hermosa. Ella busca jugadores empedernidos, a los infieles, alcohólicos, perversos y adúlteros para devorarlos.


Dicen que es una mujer bonita de largos cabellos, ojos electrizantes… pero con una dentadura de fiera capaz de destroza fácilmente lo mismo a un ser humano que a una vaca o un caballo, se aparece a los caminantes a la orilla del sendero o recargada en un árbol, y los seduce con sus encantos. Todo en un horario de seis de la tarde a las nueve de la noche, pues todo ente castigador que presuma serlo, debe trabajar como todo un profesional y cumplir un horario. Parece que siempre va riéndose por que exhibe la dentadura, sus carcajadas estridentes y destempladas, hacen estremecer la zona donde se halle.


Los campesinos aseguran que por las noches se oye el macabro triturar de huesos junto a los arboles viejos, que la han visto bailar con esqueletos, y que es capaz de hechizar a cualquier hombre que no lleve consigo una medalla de san Isidro para protección, otra forma de librarse de ella es tener un hogar con niños recién nacidos o mujeres que van a ser madres.


Sobre su origen, cuentan que fue durante la época de la Colonia, cuando vino de España una mujer de malos antecedentes buscando riquezas. Pertenecía a la clase baja, era una ladrona y mentirosa apodada “La Maga”, porque tenía un negocio de adivinación del futuro, en el que además, vendía y traficaba con jóvenes, las utilizaba para embaucar a los hombres, luego los extorsionaba amenazando con destruir su familia. Con estas prácticas rápidamente dejó muchos hogares en la ruina, ocasionando perjuicios lamentables a familias modestas, engañando niñas inocentes, arruinando a hombres que poseían cuantiosas fortunas y otras atrocidades incontables.


Además de sus dotes de destruye hogares y engaña hombres, la maga era sumamente hermosa, lo que le permitía tener lo que quería, sin embargo, los años no pasaban en vano, le vejez le pisaba los talones y las arrugas llegaban a su cuerpo. Negándose a envejecer, llamó al Diablo, el cual respondió rápidamente a causa de su maldad e hicieron un pacto. El Demonio le devolvió la juventud, pero acompañada de un par de colmillos muy grandes que servían para destrozar hombres.


A pesar de aquel pacto, la vida perdida de esta mujer la llevó a la muerte, cuando esto sucedió, su casa se llenó de un olor nauseabundo, hasta el punto de tener que abandonarla de inmediato. Solo una de sus chicas se quedó un poco más para encargarse de las pertenencias, pero el miedo le impidió realizar la tarea, pues una bandada de murciélagos invadió la estancia, para darle mayor resonancia a una voz cavernosa proveniente del dormitorio y que decía fuerte y claro: “…tengo que vengarme de los hombres, de las mujeres livianas, ¡estarán conmigo en el infierno!, soy la Muelona…”. La pobre mujer horrorizada salió gateando a la calle para contar lo sucedido, las autoridades prendieron fuego a la casa maldita para dar paz y tranquilidad a los vecinos quienes vivían inquietos, pero esto solo sirvió para que la Muelona extendiera sus dominios, y vague por las calles y arboledas, buscado una siguiente victima a la cual devorar.



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