lunes, 8 de agosto de 2016

Leyenda de la mano peluda



Esta historia es una de las leyendas de terror más narradas por los abuelos / abuelas y madres en la antigüedad. La misma era contada por ellos, para los niños rebeldes que se levantaban por las noches para hacer travesuras y no dejar dormir a sus padres y abuelos. De esta manera lograban asustar a los mismos y ellos podían dormir tranquilos toda la noche sin interrupción.

Pero esta leyenda pasó los años y los siglos y se sigue aun contando, se han realizado varias películas en donde se pueden apreciar alguna mano que sale debajo de las camas.

La historia de terror cuenta que cuando un niño se levanta a la mitad de la noche y apoya sus pies sobre el suelo, una mano grande, con mucho pelo grueso y largo, con 5 uñas muy largas, filosas y venenosas lo agarrará del tobillo y lo arrastrará hacia el inframundo para que este sea el alimento de los seres malévolos que habitan allí abajo. Pero si logra escapar, la mano peluda le dejará cicatrices que no se borrarán ni cicatrizarán nunca jamás!, por este motivo puede traerle una gran infección y luego de mucha agonía el niño puede morir.


Otros cuentan que las uñas que tiene la mano peluda contienen un veneno muy peligroso que con solo tocar la piel del niño este es afectado por la misma, sin necesidad de dejar marcas. Por este motivo se dice que en la antigüedad varios niños morían y nunca se llegaba a conocer la causa de la misma. Cuenta la leyenda que la mano peluda no tiene cuerpo, solo es una mano, que al final de su muñeca se puede ver el hueso, la piel, la carne y la sangre al rojo vivo, como si recién hubiera sido cortada.


Allá por el año de 1908 abundaban en la ciudad de Puebla los llamados Montepíos (casas de empeño). Manejadas por usureros, entre ellos el señor Villa, conocido como “Horta”. Un hombre calvo, bajo y rechoncho con mucho vello en el cuerpo y extremidades. Adoraba llevar las manos repletas de gruesos anillos engarzados de piedras preciosas. Y junto a su esposa “La gangosa”, se encargaba de un Montepío.


Jamás se le conoció alguna obra piadosa por lo que frecuentemente se escuchaba a los transeúntes decir: –“¡Qué Dios te seque la mano!”- al pasar frente a su negocio.


La historia comienza cuando Horta muere y, al parecer, Dios le secó la mano para darle un castigo aunque sea después de muerto.


La noticia de la Mano Negra y Peluda se publicó en el periódico poblano “El Duende”, relacionada con la mano de Horta, pues en la entrevista el sepulturero dijo que la mano salía del sepulcro luciendo un gran número de anillos lujosos engarzados con gemas…


Cada noche, siempre a eso de las 11, una mano negra trepaba por los gruesos muros del cementerio de San Francisco. De forma espectral y siniestra, ascendía cual tarántula, empujada por un poder maligno. Deseosa de saltar sobre su víctima, trepar hasta su cara para arrancarle los ojos y descender al cuello, ahorcando al pobre individuo. Y después volver a descansar junto a los demás difuntos.


La Mano Peluda siguió viéndose durante un tiempo hasta que finalmente desapareció.


Hoy en día hay personas que describen encuentros con estas famosas “Manos Peludas”. Viéndolas atravesar pastizales, asemejando enormes y deformes arañas, o siendo jalados por una mano negra y velluda que se esconde bajo la cama. La describen como una entidad poseedora de fuerza sobrehumana, y más similar a la de un primate, cubierta de grueso pelo negro y perfectamente cortada en el punto en que empieza la




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