miércoles, 8 de junio de 2016

Christine Chubbuck, la periodista de televisión que se suicidó en vivo



Ser testigo de una cosa tan lamentable como un suicidio no es cosa de todos los días. Sin embargo, eso fue lo que sucedió para los miles de televidentes que sintonizaban el WXLT-TV Channel 40 el día 15 de julio de 1974, y que se disponían, como ya era costumbre, a disfrutar del talk show matutino Suncoast Digest. Aquel trágico día, quienes tuvieron la mala fortuna de sintonizar el programa, fueron testigos de la forma en que Christine Chubbuck, la presentadora del programa, se quitaba la vida al aire, en vivo y a todo color frente a las cámaras.



Chubbuck apenas tenía 29 años cuando se suicidó. Conducía un programa diario en la televisión de Florida que solía abordar diversos problemas de la comunidad. El talk show se transmitía todas las mañanas en punto de las 9 horas, y la periodista era considerada toda una personalidad local. Joven, exitosa y comprometida con la comunidad – también solía participar de forma voluntaria en un hospital que trataba a menores con problemas mentales –, nadie jamás llegó a imaginar que tenía la intención de matarse.


Planeando un suicidio público.

Con toda seguridad Chubbuck planeó su muerte desde mucho tiempo antes, pues unas semanas previas al acto convenció a sus jefes de que le permitieran hacer un reportaje sobre el suicidio. Esa vez, Chubbuck entrevistó a un oficial de policía y lo cuestionó sobre los distintos métodos a los que una persona podía recurrir para quitarse la vida – y cuál sería el más efectivo.


El oficial, totalmente ajeno a los planes de Chubbuck, respondió que optaría por un revolver calibre .38 abastecido con balas de punta hueca. Además, el oficial señaló que no se apuntaría a la sien como suelen hacerlo muchos suicidas, pues las heridas en esa región no siempre resultan letales. En lugar de ello, el policía se dispararía en la nuca.


Posterior a este reportaje, específicamente una semana antes de suicidarse, Chubbuck llegó a decirle a su editor de noticias que había adquirido un revolver. Al cuestionarla por los motivos, Christine respondió que se le había ocurrido que sería una buena idea si ella se disparaba en vivo en la televisión.


La tragedia televisada.

El día de su muerte, Chubbuck arrancó el programa con las noticias habituales – tres noticias nacionales y una sobre un tiroteo en un restaurante de la localidad – pero, ocho minutos después de entrar al aire, la mujer se recogió sus largos cabellos del rostro, movió los labios erráticamente y dio vuelta al fajo de papeles que llevaba en las manos.


Entonces la presentadora arrancó un discurso: “Dando seguimiento a la política de Canal 40 de llevar a sus televidentes las últimas noticias sobre sangre y vísceras a colores, están a punto de ver otra [noticia] de primera mano: un intento de suicidio”. Sus manos temblaban, pero su voz nunca se quebró durante el discurso. Después, Christine Chubbuck sacó un arma, se la puso atrás de la oreja derecha y disparó.

Según las versiones de aquellos que atestiguaron la tragedia, los cabellos de Christine volaron como si hubieran sido alcanzados por una ventisca y su rostro quedó completamente retorcido. Su cuerpo se precipitó de forma violenta hacia el frente y la transmisión del programa cesó en ese instante.


En un primer momento, el equipo de la televisora pensó que todo aquello no era más que una broma – de muy mal gusto, por cierto – de Chubbuck y que dentro de nada se levantaría riéndose. Sin embargo, muy rápido se hizo evidente que la periodista en realidad se había disparado en la cabeza. Lograron trasladarla al hospital pero, 14 horas después, la declararon muerta.

Los motivos.

Christine Chubbuck no dejó una carta de suicidio, pero sí dejó un guion listo sobre lo ocurrido para la próxima persona que tomara el mando de su programa. En este escrito, la periodista declaraba que se había disparado durante la trasmisión en vivo y que había sido llevada de urgencia al hospital, donde permanecía en estado crítico. En esa última parta, la periodista evidentemente estaba equivocada.


La investigación que sucedió a la muerte de Chubbuck trajo a flote sus tendencias suicidas. La mujer había estado librando una batalla contra la depresión desde hacía años e incluso había intentado quitarse la vida a través de una sobredosis de medicamentos en 1970. En ese entonces, llegaron a circular algunos rumores de que el detonante del suicidio había sido el hecho de que se acercaba a los treinta años y aún no se había casado, así como el hecho de que tenía muy pocos amigos y una vida social pobre.


Sin embargo, también es justo aclarar que la presentadora solía tener conflictos con sus superiores en la emisora pues consideraba que no se tomaban el periodismo en serio. Independientemente de las causas que llevaron a Christine a dispararse aquel día, las imágenes de ese dramático incidente se convirtieron en uno de los más grandes misterios de la historia – y hasta hoy hay personas que siguen buscándolas.


Las cintas de la emisora fueron confiscadas por la policía y aparentemente ningún televidente grabó la tragedia. Curiosamente, más de cuatro décadas después, dos películas distintas – un documental y un largometraje sobre Christine – fueron presentadas durante el Festival de Sundance. Esto significa que pese al hecho de que las imágenes originales hayan sido ocultadas, las personas podrán revivir la historia de la presentadora.


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