Una infancia difícil
Rara vez un asesino serial sale de la nada. Andrei Chikatilo, cuyo rostro ilustra para muchos la locura del maníaco, no sería la excepción a la regla y viviría en su infancia un abuso constante en su familia tanto como en la escuela.
Quien vendría a conocerse como “El Carnicero de Rostov” nació en las frías estepas ucranianas el 16 de octubre de 1936, en lo que entonces era la Unión Soviética.
Su carácter sumiso y su incapacidad para lidiar con sus propias limitaciones (sufría de un serio caso de miopía, pero no tuvo sus primeras gafas hasta los 30 años) se juntaron con los problemas en casa y lo convirtieron en un niño incapaz de lidiar con las exigencias del sistema educativo soviético que, entre otros, requería de un alto nivel de cooperación entre las personas.
A causa de ello se volvió el blanco favorito de burlas y abusos que jamás fue capaz de responder, y solo hacían que su rostro se llenara de lágrimas. Fue particularmente seria la persecución de las mujeres, que lo trataban con burla y rechazo, pues también se regó el rumor en algún momento de que era impotente. No sería hasta entrar a la Universidad que Chikatilo podría dar vuelta a su historia, al parecer de manera definitiva volviéndose un ciudadano ejemplar de la URSS.
Excelente esposo, excelente padre
Nadie consideraría que un asesino como este podría conseguir una hermosa esposa, pero esto fue precisamente lo que sucedió. Pese a su impotencia, era capaz de eyacular de vez en cuando… lo suficiente al menos para dejar embarazada a su esposa.
Sin embargo, ya en 1971 comenzó a sentir como profesor una creciente atracción por los menores de 12 años, y una serie de abusos llevarían a su despido en 1974.
Así como se va todos los domingos a la iglesia, este individuo también tenía el vicio de ir a las reuniones del partido comunista: había dedicado su vida y su tiempo a aprender todo del sistema y era respetado como un gran teórico, aunque no lo fuera como líder social.
Lastimosamente esto no duraría mucho tiempo. El 22 de diciembre de 1978 Chikatilo cometería su primer asesinato, secuestrando y acuchillando en repetidas ocasiones a una niña de 9 años de edad… acto que al parecer le brindó un gran placer. Fue entonces que surgió el nefasto vínculo entre sangre y excitación que lo llevaría a repetir el infausto acto.
Pese a que la policía encontró el cuerpo de la niña y una mancha de sangre en la casa de campo de Chikatilo, no había nada que los hiciera sospechar del hombre (que formalmente ni siquiera se encontraba allí en aquel momento), por lo que lo dejaron en libertad y culparon a otro asesino conocido del asesinato.
Los niños, las víctimas
Tras haber perdido su trabajo, consiguió otro en una fábrica que lo forzaba a viajar de manera constante permitiéndole buscar nuevas víctimas. Sin embargo, pronto comenzaría a favorecer un bosque en cercanías a su hogar. p. El asesino vendría así a reivindicarse, a vengarse de todo su sufrimiento en la vida, y por ello llegó a realizar más de 50 asesinatos, aunque nadie sabe exactamente cuántos fueron en total.
Su segunda víctima sería Larisa Tkachenko, prostituta de 17 años a la que convenció de ir al bosque a mantener relaciones y que se burló de él a causa de su impotencia, despertando su ira. En medio de una especie de delirio la acuchilló, la estranguló y eyaculó sobre el cadáver, luego mordió salvajemente su garganta y cortó sus pezones. Fue a partir del placer que sintió entonces que supo que volvería a matar.
La captura del Carnicero
Las autoridades pronto notaron el mismo modus operandi. Cuerpos apuñalados aparecían en los bosques, muchas veces con rastros de semen. Se trataba siempre de niños, por lo general mujeres pero a veces también varones. Chikatilo fue de hecho uno de los primeros sospechosos, pero su sangre (de tipo A) no coincidía con el semen que allí se había encontrado (de tipo AB).
Los detectives rodearon el bosque para averiguar quién era el asesino. Al final, más de 600 personas terminaron implicadas en esta operación que implicó colocar vigías a lo largo y ancho de la foresta, día y noche, atentos a cualquier movimiento extraño. Un día, uno de ellos notó a un hombre de corbata abandonando la zona, al cual interceptó e identificó. Se trataba, como no, de Chikatilo. Igor Rybakov fue el detective que encontró a Chikatilo.
Aunque originalmente no había razones para condenarlo, pronto la policía encontró un nuevo cuerpo cuya muerte coincidía con el horario en el que habían visto al asesino abandonar el bosque. Tras ser capturado, se analizó su semen y se encontró que por razones inexplicables no coincidía con su tipo de sangre. La primera coartada resultó falsa, y le costó la vida a varias decenas de pequeños.
Chikatilo terminó por confesar sus crímenes, clamando que un monstruo se apoderaba de él y no era capaz de controlarse. Pese a su defensa, fue condenado a muerte y ejecutado de un tiro el 14 de febrero de 1994. Se cuenta que durante el juicio, narrando su sufrimiento y su impotencia, se desnudó y meneó su pene frente a los periodistas, diciendo:
Fíjense que inutilidad. ¿Qué piensan que iba a hacer con esto?
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