Delphine Marie Macarty nació en Nueva Orleans, Estados Unidos en 1775 en el seno de una familia de clase alta. Sus padres eran miembros muy destacados de la sociedad, descendientes de inmigrantes europeos.Cuando LaLaurie era una niña, su madre fue asesinada por una revuelta de esclavos en la plantación familiar, hecho que la marcaría en un futuro.
En el año 1800 Delphine Macarty se casó un oficial español llamado Ramón López y Angulo que le trajo grandes fortunas. Durante el regreso de un viaje de España la pareja cayó gravemente enferma por lo que tuvieron que parar en La Habana.
Allí Ramón López y Angulo moría y mientras Delphine seguía grave dio a luz a su primera hija llamada Marie Borgie Delphine López y Angulo, apodada ‘’Borquita’’. Cuando se recuperó volvió a Nueva Orleans y se estableció en la hacienda que había heredado, convirtiéndose en la administradora de la plantación de caña de azúcar.
A los tres años Delphine volvió a casarse con Jean Blanque, un hombre de ascendencia francesa y destacado en los negocios. Ambos se trasladaron a la lujosa Villa Blanque donde tuvieron cuatro hijas.
En 1816 Blanque falleció en extrañas circunstancias aunque no pudo probarse que fuera asesinado. Nueve años después, en 1825, se casó con un afamado medico llamado Leonard Louis LaLaurie, del cual tomaría su apellido. La familia compró una gran propiedad en el número 1140 de Royal Street y la remodelaron totalmente sin escatimar en gastos.
El edificio original contaba con dos plantas pero fue añadida una tercera especialmente para los esclavos. En esta época era totalmente normal que las familias más pudientes tuviesen esclavos negros como mano de obra en las plantaciones. La familia LaLaurie comerciaba directamente con ellos, involucrándose totalmente en el tráfico de negros.
Mansión LaLaurie
Los testimonios recogidos por el historiador Harriet Martineau indican que los esclavos de la familia presentaban un estado de cansancio, delgadez y demacración. Esto era algo que llamaba la atención ya que en público Delphine solía ser muy amable con ellos y siempre daba muestras de preocuparse por su salud.
Algunas personas delclararon que cuando alguno de los esclavos intentaba escapar, jamás se le volvía a ver. También hubo un caso en que una niña esclava de 8 años, mientras le cepillaba el pelo le dio un tirón sin querer y Delphine enfurecida le dio un bofetón. La niña muerta de miedo intentó escapar y subió a la azotea de la casa y de un empujón LaLaurie la tiró, rompiéndose el cráneo al caer.
Otro testimonio dijo que Leah, una esclava de 12 años corría por la casa presa del miedo diciendo que LaLaurie quería despellejarla y al huir a la terraza, la mujer le tiró piedras para que bajara. La niña perdió el equilibrio y cayó desde la terraza matándose.
LaLaurie enfadada ató el cadáver a un poster y la azotó en varias ocasiones. Otras fuentes aseguraban que muchos esclavos fueron vendidos a otras plantaciones pero que jamás llegaron a ellas. También se dijo que cuando los esclavos no pulian la plata como a ella le gustaba, les cortaba los dedos de las manos y pies. Debido a los rumores de maltrato y a las denuncias de varios vecinos, la policía visitó la mansión y al cerciorarse de los hechos, les puso una multad y les obligaron a subastar a todos sus esclavos. El esposo de Delphine abochornado por su mujer decidió abandonarla y nunca más se supo de el. La familia de Delphine le compraron todos los esclavos y se los devolvieron y esta presa de la ira por el abandono de su marido y por la vergüenza publica, descargó en ellos la frustración
El 10 de abril de 1834, la mansión LaLaurie se incendió en circunstancias sospechosas. Los bomberos tuvieron que entrar a la propiedad y ante su sorpresa se encontraron con tres esclavos encadenados en la cocina que al parecer habían provocado el fuego para llamar la atención. El incendio fue rápidamente controlado y la autoridad recorrió la casa buscando a la dueña. Al llegar al ático se encontraron una escena dantesca: junto a miembros cercenados y podridos de decenas de esclavos, se encontraron otros muchos mutilados, agonizantes y rogando que los mataran para acabar con su tormento.
Incendio en la Mansión LaLaurie
Madame LaLaurie se había convertido en una consumada torturadora de esclavos, los cuales eran desnudados y torturados en el ático. Cuando la mujer se aburría, subía al ático y se divertía pegando y maltratando a los hombres y mujeres que allí se encontraban. Algunos de ellos colgaban del techo, otros eran encerrados en jaulas. A las mujeres les arrancaba las uñas y las desollaba para ponerse luego trajes de piel y así ‘’disfrazarse de oruga’’. En ocasiones les obligaba a comer arañas, hormigas y gusanos y en otras ocasiones les llenaba la boca de excremento y se las cosía.
Empezó a arrancarles los ojos y a coserles los parpados y los descuartizaba vivos. Una vez, a una mujer le abrió el estómago, le sacó los intestinos y se los ató a las muñecas. Los esclavos que no eran capaces de aguantar el tormento eran enterrados en el jardín de la mansión, en el que se encontraron más de 75 cadáveres. LaLaurie había aprovechado el shock de las autoridades para escapar de la mansión en un carro de caballos hacia un destino desconocido.
Lo que si se supo con certeza es que Delphine murió en Francia grcias a un periódico de París que declaraba el fallecimiento de la mujer. En 1924, se descubrió una placa de cobre en el cementerio de Père-Lachaise que decía: ‘’Madame LaLaurie, Marie Delphine Macarty, Décédée à Paris, Le 7 décembre 1842, à l’âge de 68 ans’’
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