viernes, 8 de junio de 2018

Mary Resurrection



Chicago es, para cualquiera, simplemente una ciudad de Estados Unidos; sin embargo, desde hace años una leyenda se hace presente en cualquier charla esotérica o en las calles abandonadas cercanas al cementerio Resurrección: se trata ni más ni menos que de el fantasma de “María Resurrección”, una joven que en el año 1930 murió en un accidente de tráfico en la Av. Archer, muy cercana al cementerio que hoy en día es conocido por su propio nombre.

El fantasma de María Resurrección es tan famoso como Chicago misma, debido quizás a la docena de testigos que afirman haber visto a Mary por las inmediaciones del cementerio. Una de las primeras historias sobre el espectro de la joven fue contada por el propio cuidador de este cementerio.

Arthur Bonelly tenía para ese entonces 67 años y cuidaba el cementerio de la Av. Archer desde hacía veinte. Una noche decide dar un paseo por el lugar cuando de pronto sintió ruidos cerca de la tumba de Mary Resurrection. Al llegar al lugar encontró la tumba de la joven totalmente revuelta y el cajón a un costado de la misma. En ese mismo momento llamó a las autoridades del cementerio para denunciar el hecho y volver a enterrar el cajón, pero nadie lo atendía.

Pasó la noche y Arthur decidió hacer el trabajo solo, logrando después de varias horas terminar con el nuevo entierro. A la mañana siguiente habló por fin con las autoridades del cementerio, quienes deciden desenterrar nuevamente el cajón para corroborar que estaba todo bien. Cuando lo hace descubren que los restos de Mary no estaban. Después de algunos meses de investigación cesó la búsqueda sin éxito.

Pero Arthur Bonelly permaneció internado en el un centro psiquiátrico durante un tiempo. Los enfermeros del lugar cuentan que había perdido casi por completo la capacidad de habla pero que, sin embargo pasaba el tiempo jugando solo, pero con alguien al que él llamaba “Mary”.

Otra de las historias que nos llegan de manos de los lugareños es la del taxista de la Av. Archer, quien en 1979 paseaba por las calles de la misma cuando de repente lo frena una joven vestida de gala que se encontraba en la puerta de un salón de bodas. El taxista la levanta y decide llevarla a donde ella quiera sin cobrarle nada. A partir de allí la joven le indica al taxista que siga camino por Archer y unos minutos más tarde le pide al taxista que pare el automóvil. Justo en ese momento el taxi estaciona frente al cementerio Archer: cuando el conductor se dirige a la joven para saludarla, ésta desparece sin explicación alguna.

Hoy en día puedes visitar el cementerio de la Av. Archer y conocer la tumba de Mary Resurrection. Eso si, recuerda que sus restos pasean por las calles aledañas el cementerio…como dice el dicho popular: “el que avisa, no traiciona”.

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