miércoles, 25 de enero de 2017

Autopista 86



Era una noche tan oscura, que únicamente me permitía ver unos metros adelante en el camino y eso que mi automóvil estaba equipado con faros de agua, las cuales indicaban que sin duda alguna pronto se desataría una terrible tempestad.


Bajé una de las ventanillas, pues con todo y todo me sentía borracho y además el aire acondicionado del carro, tenía tiempo que se había averiado. Puede sentir ese calor húmedo que sólo se percibe cuando está próxima la llegada de un huracán. Continué conduciendo con mucho cuidado, pues el camino estaba en malas condiciones y ademas había una serie de curvas que si no las libraba con precaucion seguramente acabaría despedazado en el fondo del abismo.


De repente comencé a sentir mucho cansancio, algo extraño pues antes de emprender el viaje duermo lo suficiente, puse la música para tratar de despabilarme y en eso vi como un individuo andaba a un lado del camino. Luego volví a mirar y me di cuenta de que el hombre aceleraba y en punto íbamos a la misma velocidad, solo que el lo hacía flotando.


Por más que traté de mirarle el rostro, no pude hacerlo ya que éste estaba cubierto con un velo oscuro. Después el espectro apareció enfrente de mi automóvil y sin querer lo arollé, pues no tuve tiempo de frenar. El impacto fue tan fuerte que me envió al abismo. En segundos el cofre de mi automóvil estalló en llamas y yo salí del carro como pude.


Me recosté en el suelo y observé como el hombre que había arrollado, me miraba desde lo alto con una sonrisa macabra. Descendió lentamente hasta donde yo estaba y cuando llegó abrió sus fauces, enseñando un par de filosos colmillos.

Lo que pasó después es un tanto borroso, ya que desperté en la cama de un hospital en el cuello aún tengo marcas de lo que parece ser una criatura de leyenda o digásmoslo claro, de un vampiro.

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