Cuenta una de las leyendas del Panteón de Belén (en Guadalajara, Jalisco) que hubo un vampiro que se alimentaba de la sangre de los tapatíos. Todo empezó cuando encontraban pequeños animales en la ciudad sin una gota de sangre.
Después encontraron niños muertos y lo peor, sin sangre. El pánico reinaba en las calles al caer la noche; la gente no salía al oscurecer y se quedaban en sus casas rezando por sus vidas.
Hubo unas personas que estaban cansadas de esta situación y se armaron de valor para acabar con la amenaza nocturna, así, después de seguir la pista del Vampiro, lo emboscaron y esa misma noche le pusieron una estaca de madera en el corazón, lo que le causó la muerte.
Al día siguiente, la comunidad lo sepultó en el Panteón de Belén y pusieron lápidas grandes sobre el cuerpo, esto con la esperanza de que no surgiera otra vez por la noche.
Después de muchos meses, las lápidas fueron quebrantadas y un árbol salió de la tumba del vampiro. Ese árbol todavía existe en el panteón y se cree que nació de la estaca que fue clavada en el corazón del vampiro. Cuando la gente cortaba pequeños pedazos del árbol éste sangraba, y se dice que la sangre provenía de las víctimas del vampiro.También se afirma que durante la noche puedes ver las caras de las victimas reflejadas en el árbol.
Según la tradición oral, el árbol mantenerse vivo porque cuando el árbol muera, el vampiro regresará.
Actualmente, el árbol del vampiro es protegido con un cancel porque mucha gente acostumbraba a trozar el tronco para ver si salía sangre, y por ende el árbol se estaba secando. A la fecha el árbol está en buenas condiciones y mientras el árbol viva la leyenda vivirá, no así el vampiro.
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