martes, 30 de agosto de 2016

Aokigahara, el bosque del suicidio



En Japón existe un bosque ubicado al noroeste de la base del monte Fuji entre Yamanashi y Shizuoka llamado Aokigahara que significa “mar de árboles”, el cual desde tiempos antiguos se dice que pertenece a los demonios de la mitología japonesa, como muestra existen más de 1000 poemas donde mencionan que este bosque esta maldito, veamos donde nació esta historia mitad mito mitad verdad viviente.


Debido a las constantes erupciones del monte Fuji entre los años 800 y 1083, este formo una capa de lava que cambio la geografía del lugar dividiendo un lago cercano y cubriendo todo con lava, con el pasar de los años sobre esta creció el bosque mientras las historias y los mitos de la época comenzaban a aparecer.


Para darle a las historias del lugar el realce macabro, en el siglo XIX las hambrunas y las epidemias asolaban a la población siendo los más afectados las familias de bajos recursos, al no poder mantener a todos tomaban la triste y cobarde decisión de dejar que los niños y los ancianos se vean por si mismos ingresándolos al bosque abandonándolos a su suerte. 


Hubieron muchas muertes en esos tiempos y según cuentan esto maldijo más al bosque de Aokigahara llenándolos de Yuurei, una especie de fantasma que han muerto de una forma anormal, o que no han tenido ceremonia funeraria e incluso si han cometido suicidio, el espíritu vuelve como un Yuurei el cual atormenta a quienes creen lo ofendieron en vida o perdiéndolos en el bosque si sienten que los seres vivos que ven en interior carecen de iluminación.


Lo cierto es que cada año existen voluntarios locales que en grupo ingresan al bosque para recuperar cadáveres de suicidas que ingresaron al bosque buscando ese fin. 


La entrada al bosque no está prohibida e incluso existen excursiones variadas donde se adentran en algunos casos temerosos de perderse y como manera preventiva marcan su ruta con cinta adhesiva la cual se pierde hasta 1 km dentro del bosque donde desaparece casi por completo la presencia humana.


En este lugar es donde más gente se suicida de Japón e incluso ocupa el segundo lugar en el mundo.


 Desde 1950 se empezaron a encontrar hasta 500 cadáveres en distintas zonas, la causa principal en casi todas ellas fue de suicidio y la edad promedio era de 30 años de edad al momento de la muerte. 


Desde hay en la década de los 70s comenzaron a organizarse expediciones dentro del bosque para recuperar los cadáveres de los suicidas, en la actualidad se calcula que el promedio de suicidas al año es de 100 personas.


El gobierno ha optado por hacer público estos casos para lograr hacer conciencia en la población e intentar detener este fenómeno e incluso evitar el asociarlo con Aokigahara sin éxito, carteles, avisos y notificaciones se han desplegado en diferentes idiomas a fin de que los posibles suicidas sean conscientes e intenten buscar ayuda.


Para volver todo aún más misterioso al parecer la lava arrastro grandes yacimientos de hierro magnético que afecta a las brújulas e incluso al GPS haciendo que quienes estén en ese bosque no puedan guiarse por esos mecanismos de orientación, muchos perdiéndose en el proceso.



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