El niño de la ventana es un mito algo escalofriante muy conocido por los habitantes de Guanajuato. La historia cuenta que un día, los papás de un niño de poco edad, aproximadamente 5 o 6 años, salieron de su casa sin motivo aparente hacia un lugar que hasta el día de hoy se desconoce y dejaron al pobre e indefenso niño dormido en su habitación.
Pasaron largas horas y la necesidad de alimentarse despertó al niño, quien rápidamente se dirigió a la habitación de sus papás, pero con una mirada entristecida se dio cuenta que no estaban. Era ya media tarde y el descuidado infante que aún no entendía con claridad que sucedía, se sentó en el borde de una ventana que daba hacia la parte frontal de la casa y con una vista panorámica de la calle, espero con ansias el regreso de sus padres que no sabia donde habían ido.
Con el paso de los día el hambre, el cansancio, la soledad y la melancolía venció aquella alma pura, quién seguía recargado con una mirada desgarradora en la ventana. El tiempo se estaba agotando y en un parpadeo, el niño cayo estrepitosamente al suelo, esfumándose por completo todas las esperanzas de vida.
Pocas semanas después, los vecinos intrigados por la inactividad dentro de la casa y al querer averiguar que sucedía, entraron forzando la puerta principal y lo primero que encontraron a su merced, era el cuerpo del desamparado niño, a quién le dieron santa sepultura en un cementerio cercano.
Después de todo este mediático desenlace, aún no se sabe el paradero de sus papás ni el motivo por el que abandonaron a su hijo.
Lo que si conoce es la historia de terror que envuelve a esta casa, en donde algunos testigos cuentan a punto de caer la noche se puede apreciar la silueta de un niño de aspecto pálido y deteriorado en la ventana que desaparece al mirarlo fijamente.
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