jueves, 5 de mayo de 2016

Proyecto Silverbug



El espíritu creativo de la posguerra

Hay algo interesante en el periodo de la Segunda Guerra Mundial y de la década siguiente. En aquel entonces, los científicos apenas estaban comprendiendo la naturaleza de la materia, y parecía que todo era posible. La bomba atómica, que hoy consideramos casi una reliquia de tiempos pasados, era una muestra de la energía inconmensurable que estaba a disposición de la humanidad… si esta era capaz de tomarla, claro.


Quizás por esto en este periodo surgieron todo tipo de proyectos que hoy nos parecerían salidos de una película de ciencia ficción. Seguramente uno de los más impresionantes, gestionado por el gobierno de los Estados Unidos, fue la construcción de una máquina voladora que aprovechara el principio de Coanda, o en otras palabras, de lo que normalmente reconocemos como un platillo volador.


La construcción del Avrocar

Así es. Desde 1947 el gobierno de los Estados Unidos comprometió un millonario presupuesto en la construcción de una máquina voladora circular que, en teoría, debía convertirse en la nave estrella de la flota y ser capaz tanto de volar a altas velocidades como de mantenerse suspendida en el aire. La tecnología era la misma que conocemos – turbinas y motores – pero se buscaba aplicar su fuerza de manera que se tuviera un control milimétrico sobre un artefacto circular. El objeto comenzó a construirse ese mismo año por parte de la empresa canadiense Avro Aircraft y se bautizó Avro Canada VZ-9, más conocido como Avrocar.


Las cosas comienzan a volverse confusas aquí. En primer lugar, quienes defienden las teorías de la conspiración hacen notar que el proyecto se propone algunas semanas luego del incidente de Roswell, una coincidencia sospechosa, en el mejor de los casos. Así mismo, se habla de formas desconocidas de tecnología con las que el gobierno habría estado experimentando para lograr el funcionamiento efectivo del Avrocar: de acuerdo con la teoría de la conspiración, se trataba de tecnologías descubiertas en las aeronaves que habrían chocado en Roswell.


Hay otras coincidencias interesantes. Desde la Segunda Guerra Mundial, los pilotos aliados reportaban gran cantidad de aeronaves desconocidas, que vinieron a conocerse como Foo Fighters y jamás fueron identificadas. Sin embargo, no es hasta principios de la Guerra Fría que comienza a haber avistamientos constantes de los llamados platillos voladores, y es entonces cuando esta imagen se convierte en el arquetipo del ovni, el cual permanece hasta la actualidad.


Así mismo, pese a la propia investigación organizada por la CIA y bautizada Proyecto Libro Azul, es bueno recordar que hacia comienzos de los 50’s el Comité Robertson había comenzado a organizar programas para ridiculizar el seguimiento que se hacía de estos eventos y reducir el interés del público en el fenómeno de los Ovnis. Es por ello casi inevitable pensar que realmente el gobierno de los Estados Unidos estaba interesado en limitar el alcance del fenómeno y hacer que la opinión pública lo considerara una ficción… quizás, porque también sabían que eran ellos quienes estaban detrás de él.


La versión oficial vs. las teorías conspirativas

¿Qué tan cierto es que los Estados Unidos llegaron a tener una flota de platillos voladores? De acuerdo con la versión oficial, es falso, pues sólo se hicieron dos prototipos que jamás pudieron superar las limitaciones inherentes a este tipo de sistema, llevando al abandono del proyecto en 1961. De acuerdo con los documentos que han sido desclasificados, las aeronaves no cumplieron con su propósito y la tecnología de jets y de helicópteros probó ser mucho más eficiente.


El objetivo de construir aeronaves circulares con gran autonomía y la posibilidad de alcanzar altas velocidades se debía a que se suponía que en una nueva Guerra en Europa las bases aéreas pronto serían destruidas por ataques nucleares, por lo que los aviones que quedasen tendrían que ser capaces de operar rápidamente en espacios no aptos para aterrizajes ordinarios. En teoría, el Avrocar sería una combinación perfecta entre un helicóptero y un avión de propulsión a chorro, capaz de volar por mucho más tiempo que los aviones ordinarios.


En este video queda claro que, aunque funcional, el dispositivo estaba lejos de ser una máquina de guerra capaz de combatir a los cazas tradicionales. Sin embargo, no sabemos si el gobierno norteamericano ha ocultado información con respecto al desarrollo de versiones más avanzadas que, sin lugar a dudas, serían idóneas para explicar los avistamientos de platillos voladores que tanto crecieron en los 50’s y 60’s.


Al final, es poco lo que realmente se sabe del Proyecto Silverbug. Las versiones oficiales, extremadamente detalladas en algunos casos, a duras penas si mencionan este proyecto y pese a que algunos documentos han sido desclasificados, la información es más bien poca. Esto ha favorecido el surgimiento de innumerables teorías sobre la aparición del misterioso proyecto y su no menos silencioso final.


Hace algunos días hablábamos de la posibilidad de que la nave que se estrelló en Roswell fuera en verdad de orígenes alemanes. Pues bien, una de las teorías más populares con respecto a este dispositivo es que fuese una copia de aeronaves circulares producidas por el gobierno de Hitler y cuyos planos habrían sido obtenidos por los Estados Unidos tras la derrota de los Nazis. Esta teoría es interesante, pero examinarla a fondo requeriría analizar todos los datos correspondientes a las bases secretas de los alemanes… y eso merece un artículo propio.


Entretanto, qué opinan: ¿Era el Avrocar una copia de tecnología extraterrestre o Nazi? ¿O se trató de un proyecto meramente norteamericano? ¿Y podría ayudarnos a explicar los avistamientos de Ovnis en los Estados Unidos?


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