Las llamadas estelas químicas (o chemtrails en inglés) son un supuesto fenómeno que consiste, según los convencidos de su existencia, en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos. La existencia de dichas estelas químicas ha sido refutada por la comunidad científica, si bien casi todas las hipótesis de esta teoría de conspiración coinciden en que su objetivo sería causar algún tipo de daño a la población. Se trataría de una práctica conocida por unos pocos, quedando fuera de este término la dispersión de sustancias químicas para fines reconocidos (fumigación, sembrado de nubes, exhibiciones aéreas, etc.).
El término inglés «chemtrail» es una abreviación de la expresión inglesa «chemical trail», cuya traducción literal es estela química. La denominación imita a la que se da en este idioma a las estelas de condensación («contrail»).
El vocablo fue utilizado por primera vez por el periodista William Thomas en 1999, aunque la primera descripción del fenómeno data de 1997, por Richard Finke. Algunos partidarios de esta teoría defienden que las estelas químicas comenzaron años antes.
La comunidad científica se muestra escéptica respecto a la existencia de las estelas químicas y considera que se trata bien de estelas de condensación, o bien de cirros.
Descripción del fenómeno
Los defensores afirman que las estelas químicas se diferencian de las estelas de condensación normales en que son más gruesas y persisten durante mucho más tiempo, durante el cual se expanden. A menudo se generarían cruzándose en el cielo unas con otras, formando patrones hasta llegar a cubrir por completo el cielo con un "falso" cirroestrato.
Los partidarios de la teoría aseguran que esta práctica se da con una frecuencia creciente, a la vez que se expande también la red de quienes denuncian su existencia.
Hipótesis sobre su propósito
Los objetivos de esta práctica serían uno o varios de los siguientes:
Control del clima (tal vez para mitigar los efectos del cambio climático, o tal vez para provocarlos).
Usos militares.
Comunicaciones.
Radar.
Guerra biológica o química.
Propagación de enfermedades.
Causar sequías.
Alterar el ADN.
Detener la sobrepoblación (esterilización).
Supuestas evidencias
Tiempo de permanencia: el tiempo que permanecerían en el aire las estelas químicas excede ampliamente el de las estelas de condensación, llegando a persistir durante horas.
Inexistencia del fenómeno antes de los años 90: este fenómeno habría aparecido o habría aumentado notablemente a partir de los años 90, mostrando claras diferencias respecto a las estelas de condensación y las nubes normales.
Estelas químicas a baja altura: las estelas de condensación aparecen a alturas superiores a los 8.000 metros aunque está comprobado que la condensación del vapor de agua puede darse a inferiores alturas - dependiendo de la humedad y temperatura - e incluso a la altura del nivel del mar (niebla). Algunos defensores de la existencia de las estelas químicas afirman avistar estelas a alturas inferiores pero no hay documentos técnicos que certifiquen dichas alturas.
Existencia de documentos sobre armas experimentales: en el Space Preservation Fact del 2001, presentado por Dennis Kucinich ante la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aparece un listado de armas cuya prohibición se propone, entre las que se mencionan las estelas químicas. También existen documentos que demuestran el interés de ciertos estamentos militares por controlar el clima. Esto es interpretado como una prueba de que dichas armas existen.
Oscurecimiento global: existe interés en estudiar el efecto de las estelas de condensación en el clima y el cambio climático. Debido a que las estelas dificultan la llegada de la luz del Sol, se considera que podrían tener efectos mitigadores en el calentamiento terrestre (a este efecto se le llama oscurecimiento global). Este interés demostraría que las estelas químicas forman parte de un programa de modificación del clima.
Patrones en el cielo: las supuestas estelas químicas crean en ocasiones patrones en el cielo (líneas paralelas, líneas que se cruzan, etc.). Esto es interpretado como prueba de que se pretende que las estelas químicas cubran una gran área.
Aparición de enfermedades: la supuesta aparición de nuevas enfermedades tras la aparición de las estelas químicas constituiría una prueba de que forman parte de un programa de experimentación o de exterminio de la población.
Detección de olores tras la aparición de las estelas químicas: indicaría la existencia de productos químicos.
Detección de substancias tras la aparición de las estelas químicas: los seguidores de esta teoría señalan que se ha detectado bario, aluminio y estroncio en muestras del suelo tras aparecer estelas químicas, así como bacterias.
Existencia de anteriores programas militares de experimentación sobre la población: lo cual constituye un antecedente del supuesto plan actual.
Existencia de agujeros en las nubes: en ocasiones se observa que las nubes "se deshacen" tras el paso de un avión, así como material que cae de las nubes.
Extraño comportamiento de los aviones involucrados:
Estelas químicas en forma de U: indicarían que el avión que las causó habría girado sobre sí mismo. Se considera como prueba de que se pretende "fumigar" reiteradamente una zona.
Estelas químicas presentando líneas discontinuas: se interpreta que no pueden ser estelas de condensación, ya que no resulta creíble que zonas cercanas de la atmósfera presenten condiciones tan dispares.
La estela química no sale de los motores del avión: si se tiene en cuenta que las estelas de condensación salen de los motores de la aeronave, la existencia de estelas que no salgan de ellos constituye una prueba de que no son tales.
Uso de orgonita contra estelas químicas
Un dispositivo de orgonita, el towerbuster, usado contra las antenas de telefonía móvil.
Entre quienes denuncian la existencia de las estelas químicas hay quien recomienda el uso de orgonita contra éstas. La orgonita es una mezcla de virutas de metal, cuarzo y resina de poliéster que, supuestamente, potencia la energía orgónica positiva y sirve para eliminar un amplio abanico de males y agentes nocivos. El dispositivo de orgonita utilizado para eliminar las estelas químicas es conocido generalmente como cloudbuster y consiste en unos seis tubos de cobre de unos dos metros de largo, clavados en un cubo lleno de orgonita. Los defensores de esta tecnología se basan en las ideas de Wilhelm Reich
Sin embargo, la teoría de la energía orgónica no cuenta con evidencia alguna que respalde su existencia o supuestos efectos, y es considerada pseudociencia, siendo una variante más de las diversas propuestas de energía vital, al igual que el mesmerismo o el élan vital.
Críticas a la teoría
Confusión con cirros
Algunos críticos a esta teoría afirman que gran parte de las supuestas estelas químicas son en realidad cirros (cirros, cirrocúmulos y cirroestratos). Estos mismos detractores insisten en que las supuestas estelas químicas detectadas se encuentran a gran altura y no -como afirman algunos defensores de la versión de la conspiración- a baja.
Magnitud de la conspiración
Los críticos argumentan que, dada la magnitud de la supuesta operación para producir estelas químicas, sería necesaria la implicación de un gran número de individuos. Además, muchas estelas químicas provienen de aviones civiles, lo que hace aún más difícil mantener el secreto. Para contrarrestar este argumento, algunos sugieren que los productos químicos pueden ser añadidos deliberadamente al combustible sin que el piloto tenga conciencia del mismo. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) ha afirmado que su única unidad capaz de efectuar fumigaciones es la 910, que emplea para ello aviones C-130 Hercules.
Tiempo de persistencia
En contra de la creencia de que las estelas de condensación no puedan durar mucho tiempo está la mención en el "Atlas de Nubes" de la Organización Meteorológica Mundial del año 1975, en la que puede leerse lo siguiente de las estelas de condensación:
[...] A menudo tienen vida corta, pero en particular, cuando están presentes cirrus o cirroestratus, pueden persistir durante varias horas. Las estelas persistentes se dispersan progresivamente [...] a veces es imposible distinguir entre estelas viejas y estas nubes.
Existencia del fenómeno antes de los años 90
La existencia de las estelas de condensación es conocida desde, al menos, 1918, fecha de la primera descripción conocida. Dicha descripción la dio el capitán Ward S. Wells durante la ofensiva de Meuse-Argonne en la Primera Guerra Mundial.
El primer informe de una estela de condensación persistente data de 1921 y apareció en el Monthly Weather Review. Además, existen abundantes fotos de la Segunda Guerra Mundial, la USAF tiene constancia de su presencia desde 1953 y se mencionan en el Atlas de Nubes de 1975.
Aparición y desaparición de estelas químicas
Según la NOAA el hecho de que las estelas aparezcan a veces segmentadas obedece a que el avión pasa a través de zonas de la atmósfera con diferentes humedades y temperaturas:
Ocasionalmente un avión de reacción, especialmente si está ascendiendo o descendiendo, pasará a través de una capa mucho más seca o más húmeda de la atmósfera lo que puede producir el patrón de estela rota observada, apareciendo esta de forma segmentada en vez de continua.
Existencia de coloraciones
En los cirros -especialmente en los cirroestratos- es normal que se produzcan irisaciones. De hecho, la Organización Meteorológica Mundial, en su Atlas de Nubes de 1975, ya mencionaba que las estelas de condensación eran capaces de generar irisaciones de colores excepcionales.
Tráfico aéreo
El tráfico aéreo mantiene un elevado ritmo de crecimiento. Esto explicaría por qué las estelas de condensación son cada vez más abundantes en el cielo. Para los críticos de la teoría, los dibujos que forman las estelas químicas (cruzándose, paralelas, etc.) siguen simplemente las direcciones de las rutas aéreas.
No constancia de fumigación
Los análisis presentados por los partidarios de la existencia de estelas químicas no son considerados por los críticos como una prueba suficiente.[cita requerida] Se critica que en estos estudios no se analizan las nubes, sino el suelo y que los productos encontrados en ellos son normales y no constituyen peligro para la población.
Fenómenos similares
Los aviones en ocasiones lanzan combustible para aligerar peso al realizar un aterrizaje de emergencia.
En las exhibiciones aéreas y desfiles se lanza humo coloreado con finalidad lúdica.
El yoduro de plata tiene un efecto de condensación, por lo que es capaz de generar nubes e incluso dar lugar a precipitaciones. Debido a esto en ocasiones ha sido esparcido de forma deliberada. Un ejemplo se dio en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, antes de los cuales se lanzó este producto y diatomita para evitar que llegasen precipitaciones que entorpeciesen los Juegos durante el transcurso de los mismos, y para purificar el contaminado aire de Pekín.
Los pesticidas pueden lanzarse desde el aire, método conocido como fumigación aérea.
Escritura de mensajes en el aire.
Los misiles y cohetes espaciales son capaces de generar estelas de condensación a alturas muy elevadas.
Dispersión deliberada de sustancias en la alta atmósfera para estudiar el comportamiento de la misma.
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