La bella médium que habría conseguido tecnología alien para la Alemania Nazi.
La líder de la sociedad secreta “Vril” supuestamente se comunicó con una raza de extraterrestres que le dio instrucciones para construir platillos voladores.
En 2010, la revista alemana “PM” publicó un interesante reportaje sobre la aparente construcción de naves espaciales nazis gracias a su comunicación con seres alienígenas. Dicha investigación causó bastante revuelo internacional dado que era la primera vez que esta historia era analizada a fondo y en serio. Sin embargo, ¿cómo se gestó este supuesto intercambio de información entre los seguidores de Hitler y entidades de las estrellas? De acuerdo a múltiples autores que han tratado este increíble tema, todo se habría originado a fines de los años 10′ del siglo pasado cuando una hermosa joven, poseedora de poderes extrasensoriales, entró en contacto telepático con gente de las estrellas.
La médium se llamaba María Orsic, una profesora de ballet austriaca, que ya desde temprana edad manifestaba su apoyo al movimiento político que quería la unión de todas los pueblos de origen germánico. Apenas se mudó a Alemania en 1919, se integró a la sociedad secreta “Thule”, la cual se caracterizaba por su aprecio a lo oculto y esotérico. Allí se hizo amiga de otras jóvenes que poseían los mismos poderes que ella, y juntas se salieron de la Thule para formar otro grupo llamado “Alldeutshe Gesselschaft für Metaphisik” (Sociedad Pangermánica para la Metafísica) y que popularmente se conoció como “Vril”. Todas tenían en común el ser bellas médiums de pelo extremadamente largo. Según ellas, era para tener una mejor conexión con el universo, pues el pelo funcionaría como una antena receptora.
Primer contacto
A fines de 1919, se reunieron miembros de la Thule, Vril y la DHvSS (siglas de Hombres de la Piedra Negra) en una cabaña. Allí, cuenta la leyenda, que Maria Orsic entró en trance y escribió por primera vez una serie de símbolos que ella describió como “templario-germánicos” en un idioma que decía desconocer. Luego, con la ayuda de expertos en lenguas antiguas, pudo averiguar que el idioma, al que pertenecían las transcripciones, era el sumerio. Según supuestos documentos de la sociedad Vril, los mensajes provenían de un planeta de Aldebarán (una estrella de la constelación de Tauro) y contenían información de carácter técnico (incluido planos) para fabricar una máquina voladora.
Construcción de los modelos
La crónica difundida por distintos investigadores de misterios, afirma que con los fondos obtenidos de millonarios alemanes, en marzo de 1922 se culminó el primer prototipo de Jenseitsflugmaschine o máquina volante en forma de platillo. Pero la primera prueba de vuelo fue un fracaso total: una parte de la nave se desintegró y la otra explotó.
No obstante y tres días después del incidente, María volvió con nueva información, la cual fue estudiada y aprobada por el Dr. Otto Schumann, a cargo del proyecto. Finalmente, en diciembre de 1923, debutó el segundo platillo volador y lo hizo en forma exitosa: Voló 55 minutos y alcanzó los 300.000 kilómetros por hora. De ahí en más continuaron con la fabricación de nuevos modelos.
En 1944, creció el interés para usar su último prototipo como instrumento de guerra, pero María se negó. Temiendo que las SS y Hitler se apoderaran de la nave se dijo que necesitaba mejoras, fue enviada a un hangar de Munich, y los vuelos de prueba cesaron. Dos pequeños modelos de ocho metros de diámetro se comenzaron a construir por si la aeronave era robada. El Dr. Schumann contrató a cuatro ingenieros para desarrollar y construir los platillos de María. De acuerdo a los datos recogidos por diversos organismos de inteligencia (incluida la CIA), estos dos pequeños modelos fueron elaborados.
Incierto destino
En marzo de 1945 María Orsic habría recibido comunicación de sus mensajeros prediciendo la derrota nazi antes del fin de ese año. Dio cuenta de ello a varios amigos, algunos de ellos como los hermanos Horten, salieron de Alemania y escaparon a Argentina.
El jueves 15 de marzo de 1945, María Orsic se reunió con el Dr. Schumann por la última vez, éste le entregó un paquete con todos los documentos y planos de los ovnis alemanes y se despidieron.
Tres días después, María y su grupo Vril fueron a los hangares de Munich para tomar posesión de uno de los platillos y salieron con rumbo desconocido. Nunca fueron encontrados.
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