jueves, 6 de junio de 2019

El fantasma del gorro rojo



A nadie se le escapa que Escocia es tierra de castillos y mitos y, en el caso de la historia que os vamos a narrar hoy, se combinan ambas facetas. Para ello tenemos que remontarnos al siglo XIV y ubicarnos en el castillo de Hermitage. Se encuentra en Inveraray, en la región de Argyll.

Allí vivía Lord Soulis, un señor conocido por su crueldad y maldad. Llegaba a tal punto que la leyenda dice que poseía su propio fantasma, era el espíritu de algún familiar antepasado. A este espíritu se le conoce como Robin Redcap o simplemente como el “fantasma del gorro rojo” y las descripciones que han llegado de el dicen que era como un viejo horrible con colmillos como dientes, con botas de hierro y un gorro rojo sobre su cabeza, que esperaba por la noche a los viajeros perdidos para matarlos y transportar su sangre en su gorro. De ahí le viene su nombre.

Cuando Soulis abandonó su morada por última vez le encomendó al fantasma que cuidase de las mazmorras del castillo de Hermitage. Nunca más volvió, pero el fantasma no cedió en la labor encomendada y de modo regular encerraba en las mazmorras a quienes aparecían por los alrededores del castillo. Hay quien dice que aún sigue allí, así que si os acercáis por la zona tened cuidado que no os atrape. Otros aseguran que, años después de la muerte de Lord Soulis, este espíritu también abandonó las paredes frías del castillo. Se supone que desde entonces vaga por distintos castillos y no sólo de Escocia, sino de las islas británicas en general.

Así que tened cuidado cuando visitéis algún castillo en estas islas. En caso de que os encontréis con él frente a frente, intentad recordar que:

No se puede pelear con él ni intentar herirle con algún tipo de arma.
Dadas sus pequeñas dimensiones es muy escurridizo y es capaz de escaparse de cualquier humano que se le ponga en frente.
Lo más adecuado para derrotarle es recitar en su presencia algunas frases de la Biblia o mostrándole un crucifijo. Supuestamente así desparecerá de nuestra vista.
Se dice que siempre deja tras de sí, como recordatorio, uno de sus dientes largos y afilados.

Y volviendo a Lord Soulis, su cuerpo fue enterrado en el castillo de Hermitage. Cuenta la leyenda que yace acompañado de una Biblia a fin de inutilizar la maldad del fantasma del gorro rojo.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Monstruo de Flatwoods



El Monstruo de Flatwoods es una historia que se conoce en la misma localidad de Flatwoods en Virginia occidental, Estados Unidos, ocurrió el 12 de Septiembre de 1952 (5 años después del caso Roswell que fue en 1947). Algunos de los habitantes tuvieron un encuentro con un ser con apariencia de monstruo y que podria tratarse de un extraterrestre de unos 3 metros según las descripciones dadas por los testigos, el ser apareció tras la colisión de un objeto desconocido el cual si que pudieron ser mas numerosos los testimonios, que en un principio todos clasificaron como un OVNI contra un cerro, lugar al que se acercaron varios jóvenes la madre de uno y un guardia Nacional de 17 años con un perro.

El perro fue el primero en ponerse nervioso y ladrar a medida que se acercaban al lugar donde cayó el OVNI para instantes después acercarse primero a lugar donde se estrello, al poco el perro volvió con la cabeza agachada y con mucho miedo ya que estaba como temblando. El grupo llego al lugar donde se estrello el objeto y descubrieron una gran bola brillante de unos 15 metros, junto a la bola brillante al lado izquierdo se observaban varios luces de tamaño mas pequeño. Uno de los jóvenes alumbró con su linterna hacia las pequeñas luces descubriendo una criatura que al ser descubierta comenzó hacer un ruido extraño como de silbido muy agudo, la criatura o posible extraterrestre comenzó a moverse hacia el grupo por lo que todo el grupo presos del pánico a lo desconocido corrió hacia el pueblo.

Uno de los integrantes de este grupo que tuvo contacto con el monstruo u extraterrestre informó nada mas llegar al Sheriff local y al segundo propietario del periódico local de Flatwoods. Poco después el Sheriff y el compañero de este, fueron al lugar donde se estrello el OVNI pero no existía rastro alguno del objeto que les habían contando que estaba en lo alto de un cerro. A la mañana siguiente el Sheriff de nuevo acompañado, volvió al lugar del supuesto aterrizaje del OVNI percatándose de una serie de marcas en el suelo y de un liquido oscuro y viscoso que parece que no podía ser ningún vehículo, por que hacia mas de un año que no había trafico de vehículos por la zona, aunque después se enteraron que un habitante del pueblo de Flatwoods se acercó con su furgoneta al lugar de los hechos esa misma noche en busca de la criatura, por lo que podía ser atribuido al fluido de la furgoneta de todos modos nadie examinó demasiado el liquido.

Después de lo ocurrido varios investigadores de aterrizajes de OVNIS se desplazaron al pueblo de Flatwoods donde recogieron un buen numero de testigos y todos coincidían en que vieron algo parecido a un OVNI y algunos tuvieron un encuentro con una criatura o monstruo. Entre las historias contadas por los habitantes de Flatwoods destacaba la de una madre y su hija de 21 años que tuvieron un encuentro con un monstruo similar al descrito por todos los demás testigos pero ocurrió una semana antes del 12 de Septiembre de 1952, resultaba que la hija estaba incluso ingresada en el hospital por la heridas provocadas por la criatura. 

Las personas que estuvieron en contacto con el OVNI y el extraterrestre enfermaron durante algunos días con nauseas, vómitos y malestar general después se recuperaron. Al cabo de el tiempo al no volver a ocurrir nada extraño durante años la historia fue quedando en el olvido como si de una leyenda se tratará la historia del monstruo de Flatwoods, ocurrió el 12 de septiembre de 1952 es una de las historias mas interesantes y mejor documentadas ya que la presa del momento hizo mucho eco de lo ocurrido, pero paso el tiempo y fue olvidada.



jueves, 16 de mayo de 2019

Pánico en el probador


Durante los años 70 existió en Barcelona una tienda llamada La Sirena. Oficialmente se dedicaba la venta de fajas y sujetadores, pero, a decir popular, detrás de su amplio surtido de lencería femenina y de la amable sonrisa de sus dependientas se escondía un sórdido negocio de trata de blancas. Un negocio de exportación que se abastecía raptando a las clientas más hermosas de la tienda.


 Todo sucedía en los probadores. Mientras la muchacha se cambiaba de ropa, desde una habitación contigua era accionado un botón que hacía girar sobre su eje al espejo, dejando libre la entrada a una sala secreta en la cual era retenida. Aunque este extremo no está claro, ya que algunos afirmaban que las victimas eran transportadas al sótano a través de un montacargas oculto. De cualquier manera, no volvían a salir a la calle por la puerta principal.

A veces la chica iba acompañada por su novio, quien quedaba obligado por las normas decorosas de la época a aguardar fuera de la tienda. El muchacho esperaba entonces, tal vez durante horas, a que su novia saliese, y cuando finalmente entraba en el local las dependientas le decían que ella ya se había marchado hacía tiempo. Resulta fácil imaginar la sensación de confusión e irrealidad que el joven sentiría en ese momento.

Por su parte, las muchachas eran transportadas al puerto, suponemos que camufladas dentro de algún tipo de embalaje, y descargadas en el estómago de algún mugriento carguero que en poco tiempo zarpaba rumbo a Oriente Medio. El destino final de las jóvenes, según se comentaba, consistía en engrosar las filas del harem de algún jeque.


En la Barcelona de los años 70, hombres y mujeres de bien transmitieron esta historia como verídica, contándola con creciente indignación (y puede que con cierta delectación morbosa) hasta que toda Cataluña fue un clamor en contra de las corseteras de La Sirena. Llegó el momento en que la policía intervino, y no halló absolutamente ninguna prueba que la respaldara.


Antonio Ortí, que recoge esta historia en Leyendas urbanas en España, encuentra su origen en una rivalidad comercial. Simplemente, un competidor de la tienda envió a la prensa una nota malintencionada en la cual lanzaba el rumor sobre los secuestros. Su transmisión se avivó por el recelo que despertaban en aquella época las corseteras, mujeres independientes y, por tanto, blanco fácil para el descrédito. Poco antes habían sido las corseteras de Orleáns las acusadas de similares delitos, después la leyenda se extendería, poniendo bajo sospecha a probadores de medio mundo.

viernes, 15 de marzo de 2019

Leyenda de María Enganxa



Las mujeres de agua, aloges o hadas, encantadas, o ninfas de lagos son ​​seres de la mitología catalana, seres femeninos que habitan en los lugares de agua dulce: los estanques, torrentes y saltos de agua, las fuentes silvestres, los pozos y los manantiales, las grutas húmedas con goteras de piedra, donde hay corrientes de aguas y lagos de cristal subterráneos.

Toman forma de bellas doncellas, de ojos azules o verde esmeralda, de largas cabelleras doradas, tonos de cobre.

Hay quien asegura de haber visto de aladas, como mariposas o libélulas. Van desnudas o con tules transparentes volátiles o atrapados en las bellas formas de su cuerpo o con túnicas muy blancas o de oro palidecido. Son semejantes a las mujeres humanas, pero su naturaleza es menos corpórea, más leve: pueden aparecer y desaparecer en un momento. Son jóvenes y no hay tiempo ni tara que las haga envejecer, sin embargo son mortales, aunque llegan a vivir más allá de mil años.

Son genios que favorecen los nacimientos y la fertilidad, que dan vida y regeneran constantemente la creación.

La relación de estas deidades acuosas con los humanos suele ser favorable, pero siempre turbadora: velan por los niños desde que acaban de nacer, los educan y enseñan a tener voluntad de héroe, pero a veces los roban, se los llevan, para adiestrarlos mejor a su manera. Tienen poderes para curar enfermedades, pero también para ahogar y para hacer perder.

Atraen irresistiblemente por amor, seducen hasta los límites de la locura, hasta el olvido de su propia personalidad, de la fidelidad y del cumplimiento de sus propios deberes. Se explica casos, en que han llegado a vivir durante años con un marido que sabía, o no, que era una mujer de agua, haciéndose pasar durante todo el tiempo como una mujer normal y corriente, con la condición de no hacer, algo que le señala de tabú. Si algún día, el hombre, se deshace del trato, o lo incumple por descuido, adiós, desaparecerá, y no la volverá a ver nunca en su vida.

Entre ellas se encuentra María enganxa (así es como se le conoce actualmente), unos dicen que es bruja, otros que es hada, pero lo que si es sabido es que según cuentan los abuelo, era una mujer muy déspota que disfrutaba haciendo mal a los demás. Agriaba la leche de las vacas, malograba las cosechas, y robaba los niños para iniciarlos en la brujería...

Según cuentan, esta malvada mujer vivía en Palma de Mallorca, aunque no se sabe muy bien donde, En aquella época "reinaba" la Inquisición la cual mandaba a quemar y torturar a todas aquellas personas acusadas de brujería.

Pues bien, cuenta la leyenda que una de esas personas era María enganxa, La cogieron prisionera pero al 2º día María escapó. Nadie supo como lo hizo, así que todo el pueblo salieron en su búsqueda con antorchas, Forcas, palos... Cuando la localizaron, María estaba de pie sobre un viejo pozo en mitad del campo con una pequeña oz en una de sus manos. Antes de que la cogieran, María levantó sus brazos al cielo y dijo:

"Juro que no me cogeréis con vida, juro que desde el infierno cogeré a vuestros hijos y los formaré en la brujería conmigo en el infierno, por los siglos de los siglos"

Y sin pensarlo dos veces María se tiró al profundo y oscuro pozo. El pueblo no hizo caso a la "amenaza" de María y todos la dieron por muerta.

Pues cuenta la leyenda que a media noche cuando un niño pasea cerca de un pozo escucha una dulce melodía proveniente del pozo. Cuando el niño (bien sabida es la curiosidad de los infantes) se asomaba al pozo, María con la oz sale y lo arrastra hasta las profundidades del este sin que nadie vuelva a saber nada mas del niño.

¿¿Es solo una leyenda o tiene algo de realidad?? Si queréis comprobarlo acercaros a un pozo a media noche al escuchar una bella melodía proveniente de ninguna parte.

martes, 12 de marzo de 2019

Vampiros de Celákovice



Praga es una ciudad muy turística, pero no es el único sitio interesante de la República Checa. En la zona centro hay una bella ciudad llamada Celákovice, que tiene el honor de albergar, según algunos arqueólogos, un cementerio de vampiros.

Celákovice era una bella ciudad amurallada medieval. Reconstruida en el siglo XVI a la manera renacentista, y muy transformada a principios del siglo XX, ha sido centro de atención por sus restos arqueológicos del paleolítico y de la época medieval.

En esta época y en esta zona de Europa, la creencia en los vampiros estaba muy extendida, al igual que el temor de la gente hacia estos seres, y en 1997, el arqueólogo Jaroslav Paçek anunció que había descubierto en esta localidad el primer cementerio dedicado exclusivamente a vampiros, o al menos, a los acusados de serlo.

Catorce tumbas de personas enterradas allí acusadas de vampirismo por sus semejantes, y en cuyas tumbas se advierten prácticas y ritos para evitar que estos vampiros volvieran a la vida tras su ejecución.

Otro arqueólogo, Michal Lutovsky, autor del libro “Las sepulturas de los antepasados”, afirma que es normal que en los grandes cementerios del centro de Europa haya alguna tumba en la que se hayan practicado este tipo de enterramientos, pero no un cementerio “exclusivo”, como es el caso.

Las medidas para evitar que los no muertos regresasen a la vida que han arrojado las excavaciones arqueológicas dan una idea del temor que la gente tenía a estar cerca de un vampiro. En las tumbas, los muertos tenían el cráneo roto con un clavo de hierro, el corazón traspasado por un palo y en la boca clavado un cuchillo (para evitar que en el último momento abriera la boca y mordiera a su victima).

En los últimos años se han disparado en diferentes cementerios hallazgos de este tipo, en 1996, en una necrópolis de Praga fue hallado otra tumba similar. En Eslovaquia se ha encontrado un féretro envuelto por cadenas para impedir la salida del supuesto vampiro. Otro féretro apareció con la cabeza de su morador atravesado por una estaca en Venecia. En 1991, también en Eslovaquia apareció una tumba cubierta de granos de adormidera, que según los arqueólogos tiene una función, y es que el vampiro antes de retornar al mundo, debe contar los granos.



sábado, 9 de marzo de 2019

El duende de Ladrillar



Corría el año 1907 cuando en la pequeña alquería hurdana de Ladrillar un extraño visitante agitó la calma del municipio, todo comenzó el 26 de febrero cuando los ribereños comenzaron a vivir un tremendo calvario. Las extrañas apariciones al atardecer de unas luminarias junto a un pequeño ser crearon un clima de tensión en el municipio.

La descripción precisa de los testigos nos habla de un diminuto ser de tez oscura que flotaba acompañado de dos luminarias, parecía ir vestido de negro con un traje muy ceñido, tenía una cabeza desproporcionadamente grande y unas extremidades muy cortas. Se paseó durante tres días por las calles de pueblo, lo hizo con total impunidad emitiendo unos gritos guturales (sonidos graves similares a gruñidos) que resonaban por todos los rincones del pueblo, además tras su particular recorrido, todas las noches se detenían en las inmediaciones del cementerio.

El pequeño humanoide acompañado de las dos luminarias solía aparecer de forma inesperada, y la gente presa del pánico corría para meterse en sus casas, cerrando puertas y ventanas sin atreverse a salir. El párroco Isaac Gutiérrez tomó cartas en el asunto informando de los extraños sucesos al Obispado de Coria pero éste jamás intervino.

La vecina Serafina Bejarano Rubio, era por aquellos entonces una niña de nueve años y recuerda perfectamente las andanzas de este siniestro personaje:

“Yo tendría nueve años. Y todo lo recuerdo perfectamente como si hubiera pasado hoy. Fueron tres días los que se apareció aquel “tío”. Era como un pájaro grande, negro, que se posaba en los árboles y estaba allí, junto al cementerio. Venía volando, a no mucha altura y perseguido de dos luminarias redonditas. Casi nunca hacía ruido, pero a veces gritaba… No paraba de hacer un grito muy fuerte, como ¡guuuua, guuuuua! Estuvo un tiempo y luego se fue.

La gente se arrejuntaba en aquella placilla de abajo y veíamos cómo aquel demonio flotaba hasta esa arboleda de ahí enfrente. Uno de los días llegó a aposarse muy cerca del cementerio. Daba como un “rivoloteó en el aire” y volvía otra vez para una casa de allí. Estábamos muy asustados… todos le teníamos miedo. Luego hubo un día que no volvió más y por eso se quedó lo del duende. Dicen que el cura lo expulsó, que llegó a pelearse con él. Pero eso ya no lo sé. Iba vestido de negro y era chiquito, chiquito… parecido igual a un mono. Yo tenía nueve años… pero nunca podré olvidarlo”.

En otro momento, según cuentan las actas, este misterioso personaje apareció de forma repentina en la plaza situada frente a la iglesia, en el lugar un grupo de niños, entre los que se encontraba Serafina Bejarano, se encontraban jugando, una de las luminarias que acompañaban al llamado duende sobrevoló al grupo de chiquillos. Isaac, El párroco siguió la escena desde el pórtico de la iglesia y observó, al igual que multitud de asustados vecinos, como Sobrevolaba a poca altura sobre ellos y la pequeña María Encarnación Martín de tan solo cinco años cayó al suelo como fulminada por una de las luminarias. Días después, el 2 de marzo, fallecía María Encarnación, sin conocerse la causa exacta de su muerte.

El 28 de febrero de 1907 fue el último día que se manifestó este diminuto ser, desapareció igual que se presentó, de forma inesperada.

A partir de ese momento el misterioso personaje comenzó a conocerse como “el duende de Ladrillar”, aunque para muchos esto no sea más que una leyenda, estos sucesos fueron reales y así constan en las actas oficiales de la época. Estos hechos se mencionan en el Congreso de Hurdanófilos de 1907 en el que se dice lo siguiente: “En Ladrillar hubo una temporada en que este malévolo duende tenía asustados y encerrados a los vecinos en sus casas desde el oscurecer hasta el amanecer, hasta que un señor cura les convenció de que el duende había muerto a sus manos. Hay quién asegura haber visto al duende en forma humana”.

¿Qué ocurrió realmente durante aquellos tres lejanos días de 1907? Los más escépticos opinarán que todo esto no son más que cuentos de viejas, otros dirán que algo sucedió pero que se ha sacado de contexto. En este aspecto se puede leer en algunos sitios que el supuesto duende no fue más que un pájaro negro, un cuervo posiblemente quizás de un tamaño más grande de lo normal y que merodeó por aquel pueblo durante los mencionados días, a la aparición de este pájaro se le atribuiría la mala suerte que corría el pueblo y la elevada mortandad que sufrían sus gentes. Con el tiempo, la historia habría degenerado en lo relatado más arriba. Es posible, quien sabe… lo único cierto es que algo sucedió en el Ladrillar y aquí os he contado lo que por tradición oral o escrita ha quedado de todo ello. A partir de aquí, cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

Estaría bien situarnos un poco en el espacio y en el tiempo en los que sucedieron estos y muchos otros acontecimientos misteriosos en éste inhóspito rincón de la España profunda. Hoy en día, los 600 kilómetros cuadrados que conformaron el “país hurdano”, territorio situado a caballo la provincia de Cáceres y Salamanca, han dado un giro radical en todos los aspectos y para mí personalmente, es una de las zonas más bellas de España. Pero durante muchísimos años, esta zona fue considerada por muchos, (algunos que jamás llegaron a pisarla), como la representación más fiel del infierno en la tierra.

La primera referencia histórica de las Hurdes puede encontrarse siglo XVII en la obra “Curiosa Philosophiae” (”Curiosa filosofía”) del filósofo jesuita Juan Eusebio Nieremeberg, más conocido como el Padre Nieremberg. Éste describió Las Hurdes en los términos desoladores: “Existe en este reino un áspero valle infestado de demonios, un lugar que los pastores creen habitados por salvajes; gente ni vista ni oída, de lengua y usos distintos a los nuestros. Son hombres y mujeres que andan desnudos pensando ser solos en la tierra.

En 1907, el antropólogo francés Maurice Legendre se instaló entre los hurdanos para escribir su célebre obra “Etude de geographichumaine” (”Estudio de la geografía humana”), un trabajo de investigación que llevó la miseria y la desolación de los hurdanos a los ojos del público mundial en 1909. Desde entonces, decenas de investigadores acudieron a la desconocida región para estudiar aquellos tristes seres desnutridos y abandonados en las agrestes tierras extremeñas.

Así contaba por ejemplo Georges Borrow, en su “La Biblia en España” del año 1921: “No hay tierra como ésta. Tiene sus secretos y sus misterios. Muchos se han perdido en ella y no han vuelto a saberse su paradero. Cuentan que en ciertas lagunas existen horribles monstruos y que en los ásperos valles sólo alumbra el sol a mediodía, reinando las tinieblas el resto de la jornada”.

Vicente Barrantes, explorador extremeño que recorrió las cuarenta alquerías que conformaban las Hurdes, dijo a su vuelta: “En los lugares de acceso a las alquerías cortan el camino los hurdanos. Desnutridos y harapientos, con mirada fija en el suelo, acaban huyendo de modo espantoso, brincando entre los riscos con la agilidad propia de las cabras por mucha que sea su edad. Otros, los más, se retiran asustados a sus inmundos cobertizos, guardando silencio ante la llegada del forastero. Nadie sabe qué edad tiene, ni muchos cuál es su familia. Si así se presentan en los albores del siglo XX ¿Cómo lo harían en 1600?.

En 1922, el rey Alfonso XIII viajó a Las Hurdes para vivir en su propia piel la desgracia humana. Su visita trajo consigo la puesta en marcha del Patronato de Las Hurdes, destinado a llevar la modernidad a aquel recóndito lugar en ruinas.

En 1933 llegaría el polémico documental de Buñuel “Las Hurdes, tierra sin pan”, censurado en España y cuyas estremecedoras imágenes conmovieron al mundo e indignaron a cientos de hurdanos. Y es que parece ser que el director de cine aragonés no se contentó con reflejar la triste realidad de la comarca, sino que se valió de cuestionables estrategias para incrementar el impacto visual y humano de su trabajo. Una de las escenas más conocidas refleja un asno despeñándose por un escarpado precipicio. Lo que ante ojos de muchos espectadores pudo parecer un accidente, en realidad fue un hábil montaje del director cuya víctima fue el indefenso burro: lo abatieron de un disparo cuando se encontraba al borde del acantilado.

Por suerte, esta estampa que es cosa del pasado y tan solo lo más viejos recuerdan las penurias que pasaron en esta tierra de pizarrales, convertida hoy viñedos y tierras de buen ganado. Pero lo que sí que perdura de aquellos tiempos son las decenas de leyendas sobre luces misteriosas y aparecidos, sobre maldiciones y encuentros con personajes siniestros y terroríficos y que os iré desvelando en sucesivos posts. No en vano, este territorio ha estado ocupado desde hace más de 5000 años por diferentes pueblos y culturas, y buena muestra de ello son los numerosos restos arqueológicos en los que antiguas culturas dejaron su huella inscrita en piedra, enigmáticas runas e inquietantes figuras de aspecto humanoide que todavía encierran muchos secretos por desvelar.

lunes, 4 de marzo de 2019

La resurrección de Loret Blackman



Basado al parecer en una leyenda real, circula para quién quiera escucharlo un cuento conocido como “El Despertar” que narra la resurrección de un “no muerto“, de un ser que fue enterrado como un cristiano para bloquear sus maléficos poderes, pero cuya resurrección fue profetizada. Sucedería, añade, a los cien años de permanecer bajo tierra y en ese momento volvería a la “vida” para recuperar su reino de terror. En este cuento hay también una protagonista femenina: Marlene, la redactora de una revista de sucesos paranormales en la Baja California.

Esta joven periodista, en un rutinario rastreo por Internet buscando historias, descubrió la leyenda de Loret Blackman, el vampiro. A menos de un día de su resurrección, la joven no pudo frenar su vocación periodística y, ni corta ni perezosa, decidió personarse en el lugar donde estaba enterrado el vampiro. Emocionada por la aventura en la que iba enfrascarse, convino invitar a su novio a que la acompañara. Éste, a regañadientes, aceptó el siniestro viaje, con la esperanza de que Marlene desistiera en el último momento.

De camino a la tumba de Loret Blackman, la pareja se percató de que estaban adentrándose en un terreno yermo y abandonado, inimaginable en sus peores pesadillas. No obstante, continuaron con el viaje. Caía la tarde del día señalado, y la pareja se adentró con su coche en las profundidades el mismísimo infierno. En una bifurcación de la abandonada carretera, estos tomaron un sendero que los conduce a la entrada de un pueblo, cuyo letrero de bienvenida rezaba lo siguiente: “Bienvenido a La Purísima”.

Circulaban a poca velocidad, enmudecidos ante tal espectáculo: las fachadas de las casas estaban totalmente cubiertas de polvo, en el aire se respiraba la más absoluta soledad… Sin duda, parecía que se encontraban en un pueblo fantasma. Acordaron rastrear el lugar a pie. Al llegar a la plaza, un sonido atronador, el de una campana, los asustó. El sonido provenía de la Iglesia del pueblo. Siguieron el estruendo hasta la pequeña edificación. Allí se encontraron a unos pocos habitantes que escuchaban atentamente al sacerdote, quien rezaba por el alma de los presentes, ya que un terrible suceso estaba a punto de sucederse.

Tras unos quince minutos en silencio, los pocos habitantes se marcharon en procesión hacia el cementerio. La pareja se acercó al sacerdote y permanecieron allí, expectantes.

Al caer la tarde, los testigos de la resurrección del vampiro emitían gritos de angustia y lloraban de terror. Incluso alguno imploraba a Dios que no permitiera esa atrocidad. Tras unos instantes de inusitada calma, un bandada de cuervos emprendió un cruel ataque contra los habitantes del pueblo. Marlene, única superviviente, permanecía petrificada por el pánico.

Finalmente, Loret Blackmen no se hizo esperar. Se levantó de su tumba, con su cuerpo putrefacto y con unas terribles ansias de chupar sangre. Marlene fue su primera presa. Mordió en su yugular para robarle las fuerzas a través de su sangre fresca. El novio de ésta, malherido, intentó atacar al vampiro, quien le atravesó al abdomen con una mano. Ella, horrorizada, lo vio morir.