lunes, 29 de mayo de 2017

El Caballo de la Laguna de Vacaras



Cuenta la leyenda andaluza que existía una laguna cerca del pico Veleta, en Sierra Nevada, donde sus aguas descansaban heladas y cristalinas. Muchos eran los que a bien seguro afirmaron ver brujas y magos y sucesos extraños en su presencia alertando a todos de que no se acercaran por aquellos parajes.


Fue un día cuando un pastor buscaba sus ovejas perdidas hasta el anochecer, donde acabó en la misma orilla de la laguna y donde percibió unas extrañas y fuertes voces. Escondido entre arbustos intentó con temor contemplar lo que sucedía y fue que vio dos hombres, uno con ropas largas y un libro entre sus manos, de aspecto erudito y el otro más joven y erguido, como expectante con una red en sus manos. 

Fue que el supuesto mago leyó un párrafo en un lenguaje desconocido y posteriormente le dijo al joven- ya puedes lanzar la red- Al poco ésta se llenó y entre los dos hombres arrastraron la red hasta sacarla del agua. Para asombro del pastor la red había atrapado a un caballo negro que los dos hombres habían sacado de la laguna y escuchó al mago que decía- No es el que buscamos, déjalo ir- y volvieron a repetir el mismo proceso, atrapando esta vez otro caballo que tampoco parecía cumplir las expectativas. 


Fue a la tercera vez cuando un caballo de un blanco reluciente quedó atrapado en la red y fue cuando el mago dijo- Este es el caballo que queremos, ya podemos irnos- El pastor observó como por turnos los dos hombres le susurraban algo al caballo y posteriormente se montaron y partieron volando por los aires. Desde aquel día muchos fueron con su red a intentar demostrar si era cierta la historia del pastor pero ninguno obtuvo resultado alguno y desde aquel día nada se supo ni se volvió a ver a ninguno de los dos extraños individuos que surcaron los cielos con un caballo alado atrapado en una laguna de Andalucía


jueves, 25 de mayo de 2017

El paso honroso



Al anochecer del día uno de enero de 1434 se encontraban en la sala principal del castillo de la Mota —en Medina del Campo (Valladolid)— el rey Juan II de Castilla, su esposa Doña María, el príncipe heredero Don Enrique, el maestre de la Orden de Santiago, el condestable de Castilla y un buen número de magnates, caballeros y clérigos. Sin previo aviso entró en la sala el caballero Suero de Quiñones llevando una argolla de hierro rodeando su cuello; venía acompañado por nueve caballeros, todos ellos provistos de sus armaduras.


Don Suero solicitó formalmente al rey su permiso para cumplir con un voto de amor que le había hecho a su dama Doña Leonor de Tovar. El voto consistía en que cada jueves llevaría puesta la argolla de hierro hasta que se librase de su “prisión”. Conseguiría dicha “liberación” si culminaba con vida un paso honroso de armas —un ritual de combate individual a caballo— y después peregrinaba a Santiago de Compostela.


Para celebrar dicho paso honroso de armas Quiñones solicitaba al rey la autorización para situarse en uno de los lugares más transitados del reino —el puente de Hospital de Orbigo (León), en el Camino de Santiago— e impedir el paso a cualquier caballero que quisiera atravesarlo. Como iban a ser muchos los caballeros que trataran de atravesarlo, intervervendrían también en la defensa los otros nueve caballeros que lo defenderían junto a el. Suero de Quiñones y los compañeros caballeros pretendían realizar la prueba a lo largo de todo un mes, entre quince días antes y quince días después del día 25 de julio (que es cuando se celebra la festividad de Santiago apóstol).


Los diez “caballeros mantenedores” del paso honroso presentaron al rey un “capítulo” —es decir, unas normas de actuación— en el que se imponían la obligación de “romper” un total de trescientas lanzas —reventar las lanzas en la lucha, derribar al oponente de su montura o hacerle sangre— contra todos los “caballeros aventureros” que allí se presentaran. Al tratarse de un lugar y de unas fechas muy concurridos, el rey se tomó un tiempo para deliberar con sus consejeros acerca de la solicitud; finalmente otorgó su autorización. En la corte de Castilla, al igual que en las demás cortes medievales, había un caballero con el cargo de “Rey de armas”, dedicado a registrar los hechos de los caballeros para decidir los premios y castigos, así como para elaborar la heráldica y organizar los torneos; por ello el rey le encargó a su Rey de armas llevar los capítulos del desafío que preparaba Don Suero a las cortes de numerosos magnates —incluido al rey de Aragón— para que se dieran a conocer. La convocatoria resultó un gran éxito, pues la noticia se extendió no solo por la Península, si no por gran parte de Europa.


Durante las semanas previas al acontecimiento, carpinteros contratados por el padre de Don Suero de Quiñones se dedicaron a talar madera y preparar tablones para la construcción de tribunas para el público asistente y pasarelas en las que se pudieran celebrar los combates. Se montaron también veintidós tiendas de campaña para albergar a los caballeros, oficiales, escribientes, herreros, escuderos, sastres, armeros, caballerizos… que tomaran parte.


Con el fin de que los caballeros aventureros que acudieran no se extraviasen, los empleados de la familia Quiñones colocaron en el puente de San Marcos de la ciudad de León la estatua de un heraldo señalando el camino hacia Puente de Órbigo.

Un caballero alemán y dos valencianos se presentaron el 10 de julio de 1434 para participar en el passo. Los tres debieron entregar sus espuelas derechas, que fueron colgadas y exhibidas en un paño hasta que finalizaran sus combates.Se creó una cierta tensión entre los tres caballeros pues todos querían ser los primeros en combatir; además, después de haber viajado desde tan lejos ninguno quería dejar de luchar contra Suero; esto último tampoco era posible, pues según el capítulo eran diez los caballeros quienes mantendrían el passo.


Adicionalmente, el capítulo octavo de los reglamentos del paso de armas establecía explícitamente que los caballeros aventureros no sabrían contra quien luchaban y no preguntarían el nombre del contrincante hasta haber finalizado el combate. Los jueces del paso honroso eran unos caballeros veteranos encargados de fijar el orden de los combates; para ello estaba previsto que dialogaran con los mantenedores acerca de quién luchaba cada vez.

A diferencia de los espectáculos deportivos actuales, la reglas del paso honroso eran muy estrictas y se aplicaban con criterios draconianos. Durante la acometida de su señor, el paje de uno de los caballeros mantenedores gritó, entusiasmado: “¡A él, a él!” Al darse cuenta de ello los jueces del paso de armas, estos ordenaron a los oficiales del rey que apresaran al paje y le cortaran la lengua. Los caballeros participantes reaccionaron rogando a los jueces que mitigaran el castigo, pues entendían que el paje se había dejado llevar por la emoción del espectáculo. Ante la insistencia de los protagonistas del passo, los jueces decidieron sustituir el castigo por treinta “buenos palos” —una paliza en toda regla— y un corto periodo de estancia en prisión (con lo que también se perdería el resto del espectáculo). Es de imaginar que el resto del passo honroso se celebró en el más escrupuloso silencio.


El paso de armas se realizaba conforme a un estricto ceremonial. Las comunicaciones se hacían por escrito, siendo traídas y llevadas solemnemente por el rey de armas y los heraldos que circulaban entre los caballeros y los jueces; todo esto era certificado por el notario del reino, que iba recogiendo los acontecimientos. Cada día comenzaba la jornada del paso de armas con una misa solemne y finalizaba con un festín en el que participaban todos los caballeros asistentes. Tan estricta normativa no impidió que la rivalidad fuera máxima y que los caballeros mantenedores trataran de emplear las normas para evitar ciertos encuentros con los caballeros aventureros más peligrosos. Por su parte, unos caballeros venidos desde muy lejos con el afán de acrecentar su reputación merced a éste acontecimiento tan famoso emplearon todos los medios para tratar de poner en ridículo a Suero y a sus compañeros.

Un día los jueces avistaron dos damas por las cercanías del puente, por lo que enviaron al rey de armas y al heraldo para comprobar si dichas damas eran nobles y si iban acompañadas por algún caballero que las defendiera —pues según las normas del capitulo del paso de armas, toda dama que pasara a media legua del lugar debería de entregar su guante derecho si algún caballero no luchaba por ella—. Ante la pregunta las damas respondieron que efectivamente eran nobles, que iban acompañadas por un caballero y que se encontraban de peregrinación a Santiago de Compostela, pero que el caballeroque que las acompañaba no estaba en disposición de luchar; enterado de esta circunstancia uno de los caballeros aventureros que estaba aguardando a que le tocara su turno para luchar se ofreció para peler por ellas; así se hizo, devolviéndose el guante a cada una de las damas.


Se fueron sucediendo los combates del paso honroso, hasta que el 6 de agosto Suero se enfrentó al caballero catalán Esberte de Claramente. En la novena carrera la lanza de Suero alcanzó a su adversario en el ojo izquierdo —que salió despedido fuera del casco— cayendo el jinete de su montura. El desgraciado Esberte murió, plenteándose el problema de en donde se le enterraba; finalmente, el cuerpo debió de enterrarse en una ermita no consagrada, pues el obispo de Astorga prohibió expresamente que fuera sepultado en lugar sagrado, ya que la Iglesia prohibía estos espectáculos caballerescos. Tres días después finalizaría el paso de armas sin que se hubieran llegado a romper las trescientas lanzas.

La convocatoria había alcanzado tales proporciones que eran numerosísimos los caballeros esperando para combatir con Don Suero, número acrecentado con aquellos que llegaron fuera del plazo marcado en el capítulo. Dado que Don Suero y sus compañeros se habían convertido en auténticas celebridades, los caballeros que no habían podido luchar se negaban a irse, pero no obtuvieron éxito pues los caballeros mantenedores del paso de armas emplearon toda clase de subterfugios para evitar nuevos combates; por lo visto, la experiencia les había dejado sin ganas de seguir arriesgando la vida con todos aquellos que deseaban hacerse un nombre a su costa.


Don Suero realizó seguidamente la peregrinación a Compostela, volvió liberado de su “prisión” y se casó con su amada. Con ella tuvo dos hijos. El famoso Don Suero de Quiñones moriría veintidós años después de forma alevosa, asesinado por unos secuaces de Gutierre de Quijado caballero con quien mantenía disputas.

lunes, 22 de mayo de 2017

La leyenda de la Reina Loba



Cuentan que, en la provincia de Orense, vivió una poderosa mujer, tan cruel y soberbia, que era llamada por los campesinos de su señorío, ""la Reina Loba"".

Para su manutención y la de sus allegados, (tan despiadados como ella misma), obligaba a sus súbditos a entregarle, cada día, una vaca, un cerdo, y una carreta llena de otros alimentos.


Las familias campesinas se turnaban en esta entrega de vituallas, por miedo a los servidores de la Loba, que arrasaban e incendiaban casas y cosechas, y asesinaban a todos los habitantes de las aldeas en las que alguna familia se hubiese negado a entregar lo que se les reclamaba.

En este clima de terror vivía la comarca entera, cuando le llegó el turno de entregar los alimentos al pueblo de Figueirós. Sus vecinos se reunieron en asamblea, y decidieron no pagar un tributo que les arruinaba .

Pero decir ""no pagaremos"", no era suficiente, porque la reina mandaría contra ellos a sus huestes, y serían perseguidos y muertos.

Decidieron que si habían de morir de hambre o a manos de los sicarios de la Loba, mejor era morir combatiendo contra ella, así que se armaron lo mejor que pudieron.


Hicieron lanzas y jabalinas, arcos y flechas, tomaron piedras y garrotes, y en la oscuridad de la noche, se pusieron en marcha hacia el castillo de la malvada mujer.

La Loba y sus secuaces, dormían. Fiados en el terror que infundían en la comarca, descuidaron la vigilancia. Nunca nadie se había atrevido a desafiar su poder, ni contaban con que tal cosa pudiera suceder.

Sigilosamente, los vecinos de Figueirós, treparon murallas y abrieron puertas sorprendiendo a los sicarios de la Loba.

Un breve, pero encarnizado combate, dio la victoria a los lugareños, que se lanzaron escaleras arriba en busca de su opresora.

La Loba, se había refugiado en la torre más alta, pero ninguna puerta era lo bastante segura para resistir a los decididos asaltantes.

Cuando vio caer su última defensa ante el empuje de sus enemigos, y no queriendo someterse a quienes ella consideraba sus esclavos.

la Loba corrió hacia la ventana y se arrojó al vacío, muriendo destrozada sobre las rocas.


Con su muerte, acabó el suplicio de los habitantes de la comarca, que recordaron durante siglos, en romances y canciones, el valor de los vecinos de Figueirós.

lunes, 15 de mayo de 2017

Leyenda de "La Mariposa"



En una aldea asturiana, vivió, hace mucho tiempo, un rico labrador, viudo desde hacía años, que tenía dos hijas, pero para quien sólo contaba una, Inés, que nunca se atrevió a contradecir a su padre en nada, y se casó con el novio que éste le había designado.

No pasó lo mismo con Clara, su otra hija, que a la hora de contraer matrimonio, eligió con el corazón, y provocó tanta ira en su padre, que la desheredó y le prohibió acercarse a la casa donde había nacido.

Clara y su esposo vivían pasando mucha necesidad, y aunque Inés deseaba ayudar a su hermana, el temor a su padre le impedía hacer nada.

Cuando el labrador murió, Inés intentó de nuevo favorecer a Clara de alguna manera, pero ésta vez, fue su marido quien le prohibió hacerlo. Se desesperaba viendo la pobreza de su hermana, pero no veía modo de remediarlo.


El día que se celebraba la misa por el alma de su difunto padre, rogó Inés con toda su alma para que Dios le permitiera encontrar el modo de favorecer a Clara, y en eso estaba cuando de pronto sintió un gran peso sobre su cabeza. Levantó la mano y una mariposa se elevó en el aire. No pudo creer que fuera el pequeño insecto el que provocaba aquella sensación hasta que el fenómeno se repitió varias veces.

Al acabar la misa, le contó a su marido lo que le había pasado, pero éste no le hizo el menor caso. Sin embargo, a los pocos pasos, fue el marido quien levantaba la mano hacia su cabeza por el gran peso que sentía sobre ella y quien veía elevarse una mariposa ante sus ojos.

La mariposa estaba constantemente presionando la cabeza de uno u otro de los esposos, hasta que Inés insistió tanto en que era una señal que se les enviaba para que ayudaran a Clara, que su marido accedió a repartir la cuantiosa herencia de su suegro, con sus cuñados.

Así se hizo, y ya restablecidos cariñosamente los lazos entre las dos familias, vieron una mariposa revolotear alegremente ante ellos y luego volar muy alto, muy alto.....



sábado, 13 de mayo de 2017

Jinetes del Apocalipsis



Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis son los cuatro caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis. El capítulo habla de un pergamino en la mano derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estos jinetes que montan en caballos blanco, rojo, negro y uno bayo. Según la exégesis representan y son alegorías de la victoria o conquista, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente, aunque solo a este último se le designa por este nombre.

Aunque los jinetes aparecen brevemente en el libro, su importancia radica en la cantidad de representaciones artísticas y generalmente en la influencia que tuvieron sobre la cultura occidental.

Caballo Blanco
Cabalgado por el jinete de la victoria.

Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser viviente, que decía: Ven. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor, y para vencer. Ap. 6,2


San Ireneo y San Juan Crisóstomo sostienen que el arquero montado sobre el caballo blanco es la triunfante propagación del Evangelio; una expansión que triunfa gracias al apoyo político. El padre Castellani lo deja claro al interpretar que en la Monarquía Cristiana, la Christianitas, es el orden romano convertido a la ortodoxia cristiana.

Portar un arco, un arma para alcanzar grandes distancias, es representación de lo que hicieron los reinos cristianos, apoyando y llevando la evangelización a pueblos lejanos. Como ejemplo de lo predicho aconteció el bautismo de los pueblos germanos y eslavos o la evangelización de América. Salió "a vencer", esas victorias, son las victorias de Constantino, de Teodosio, de Carlos Martel. Aquellos que afianzaron y construyeron sobre el antiguo orden romano, la Romanitas, el orden cristiano que perduró desde Constantino hasta el emperador Carlos V. El milenio que después es narrado en la parte final del Apocalipsis.


Los detalles mencionados acerca del color del caballo y el tipo de arma que el jinete porta, revela el testimonio de la Iglesia en el primer periodo del cristianismo (del año 31 - 100 d. C. específicamente) lo cual se caracterizó por su pureza de doctrina y el poder ofensivo del evangelio.

Caballo rojo
El corcel bermejo1 o alazán es montado por el jinete de la guerra.

Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: "Ven". Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande.
Ap. 6,3-4


El padre Castellani consigna que desposeída la monarquía cristiana de su existencia vendrá "guerra o rumores de guerra" como dice Jesucristo. Y añade más diciendo que esto "es el comienzo de los dolores" pero "aún no es el fin". Benedicto XV en 1917 declaró: "Jamás hasta ahora se había visto en el mundo la guerra como institución permanente de toda la humanidad". Y ya Castellani advierte que viendo dos guerras mundiales parece como si el mundo se preparase para una tercera.

Caballo negro
Cabalgado por el jinete del hambre.

Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: "Ven". Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano.
Ap. 6,5


Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino»
Ap. 6,6

El tercer jinete monta un caballo negro y se entiende generalmente como la hambruna. El jinete lleva un par de balanzas o básculas de pesaje, lo que indica la forma en que el pan se pesa durante una hambruna.


De los cuatro hombres a caballo, el caballo negro y su jinete son los únicos cuya aparición se acompaña de una pronunciación vocal. Juan oye una voz, no identificada, pero procedente de los cuatro seres vivientes, que habla de los precios del trigo y la cebada, también se dice "pero no dañes el aceite ni el vino." Esto sugiere que el hambre del caballo negro es el de aumentar el precio del grano, pero sin afectar a los suministros de aceite y vino. Una explicación de esto es que los cultivos de cereales hubieran sido más susceptibles en años de hambruna que los cultivos de olivos y viñedos; la declaración también podría sugerir una continua abundancia de lujos para los ricos, mientras que alimentos básicos como el pan son escasos, aunque no totalmente agotados. Por otra parte, la preservación del aceite y el vino podría simbolizar la preservación de los fieles cristianos, que utilizan aceite y vino en sus sacramentos.

Caballo bayo
El caballo de color bayo montado por el jinete de la muerte.

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: "Ven".
Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra. Ap. 6,7-8

El cuarto y último jinete se llama muerte. De todos los jinetes, es el único a quien el propio texto explícitamente da un nombre. Todavía otros se aplican los nombres de "pestilencia" o "peste" a este caballero, sobre la base de traducciones alternativas de la Biblia (como la Biblia de Jerusalén). A diferencia de los otros tres, no se describe con un arma u objeto, en lugar de eso se sigue por Hades. Sin embargo, las ilustraciones de este muestran principalmente que lleva una guadaña.


El color del caballo de la Muerte se escribe como khlôros (χλωμóς) en la koiné original griego, que a menudo se traduce como "pálido", aunque "ceniciento", "verde claro", y "verde amarillento" son otras posibles interpretaciones; por esto es que hay interpretaciones en las que el color puede ser gris, verde, amarillo, pero siempre un color indicando la palidez enfermiza de un cadáver.

El comienzo del verso "se les dio poder sobre la cuarta parte de la tierra" puede referirse únicamente a la Muerte y el Hades, o puede resumir el papel de los cuatro jinetes. Los estudiosos no están de acuerdo en este punto.

miércoles, 10 de mayo de 2017

La bruja de Bell



En Red River, Tennessee, Estados Unidos se ubica un sitio muy especial y aterrador la Granja Bell. Esta granja es conocida por ser el único caso documentado donde un fantasma logró matar a una persona. Esto sucedió entre 1817 y 1821, cuando la familia Bell vivió aterrorizada por el diabólico espíritu de una mujer.


La realidad es más escalofriante que la ficción. El mal irrumpió en escena, por sorpresa. La Bruja de Bell se manifestó por primera vez en un pequeño y tranquilo pueblo de Tennessee, Red River, en 1817. Eran tiempos de pureza, inocencia, virtud… y de terrores innombrables para una familia cuyos miembros serán recordados como las víctimas del maleficio más importante de la historia norteamericana.

Esta aterradora presencia apareció un día en la granja con ansias de sangre. Pero, ¿qué era? ¿La encarnación del mal? ¿Un fantasma? ¿Un espíritu? ¿Una bruja? ¿Un demonio?

La leyenda es lo único en lo que podemos basar nuestras hipótesis.


Un día de caza cualquiera, John Bell, su hijo y un amigo, se adentraron en el bosque en busca de presas sin saber que en esta ocasión… las presas eran ellos. Una densa niebla cubrió el bosque como una manta. Una figura misteriosa se movía rápidamente entre los árboles, confundiendo a los atentos cazadores. De repente, una criatura amenazadora se materializó de la neblina y se lanzó violentamente contra John. Con el rifle cargado, éste disparó a la bestia pero la criatura se esfumó tan rápido como había aparecido.

Ese fatídico día, los extraños ruidos comenzaron a escucharse en casa de los Bell. Parecía que alguien estuviera arañando y golpeando las ventanas. El suelo de madera crujía bajo el peso de pisadas invisibles, como si alguien, o algo, estuviera moviéndose por la casa. ¿Eran ratones? ¿Ratas? O quizá algo mucho más siniestro…


Repentinamente, una terrorífica presencia apareció en el dormitorio de la hija, Betsy. Le arrebató las mantas y susurró su nombre con una voz que erizó todos y cada uno de los pelos del cuerpo de la joven. Al principio, la familia intentó convencerse de que estos miedos eran causados por pesadillas terroríficas. Pero ese no era más que el principio. El maleficio creció más allá de cualquier explicación lógica y razonable.

Al subir corriendo las escaleras, se encontraron a Betsy luchando por su vida mientras era arrastrada violentamente por el suelo por un ser invisible con una fuerza sobrehumana, que le arrancaba el pelo del cuero cabelludo. Suspendida en el aire, Betsy fue abofeteada, golpeada y maltratada, mientras su madre, su padre y sus amigos observaban con horror lo que ocurría, sin poder detener la paliza.


Las noticias del maleficio se difundieron, hasta que un conocido de la familia, y futuro Presidente de EEUU, el General Andrew Jackson, oyó hablar de los espantosos hechos que ocurrían en casa de los Bell. Acompañado por un equipo de hombres de confianza, Jackson llegó a casa de los Bell para conocer personalmente al ente impuro. Y el ente dio la talla, agrediendo violentamente a Jackson y a sus hombres hasta que se marcharon presas del terror.

Este espeluznante ser atacó a la familia cada noche durante cuatro años. El fenómeno combinaba respiraciones, susurros, crujidos y gritos que iban en aumento hasta convertirse en ataques dignos de la peor pesadilla. Se presentaba repentinamente, los asustaba, los torturaba y luego desaparecía. Hasta la noche siguiente. Con cada brutal ataque, el ente se hacía más fuerte. Al final, les hablaba, se burlaba de ellos y les increpaba. Desesperados por saber quién era o cuál era el origen de estos maliciosos ensañamientos, buscaron la ayuda del residente más culto del pueblo, su amigo Richard Powell.


Toda explicación lógica apuntaba a la vecina de los Bell, Kate Batts, una mujer excéntrica, que la mayoría del pueblo consideraba una bruja. John Bell y Kate Batts eran más que vecinos. Fueron socios, aunque el negocio de tierras en el que se asociaron salió mal, y Kate se quedó con la sensación de haber sido traicionada y engañada. Delante de mucha gente, Kate maldijo no sólo a John, sino a toda su familia, que entonces vivía feliz y gozaba de buena salud, incluyendo a su hija Betsy. Las agresiones se intensificaron. La joven Betsy sufría ataques constantemente mientras dormía, era golpeada, arrastrada y atacada. La familia Bell se encontraba impotente, sin poder librar a su hija de este ser ineludible. Su rendimiento escolar empeoró. Comenzó a ver visiones… Cuando todo acabó, nunca volvió a ser la de antes.


Los ataques eran cada vez más virulentos y empezaron a afectar psicológicamente a John Bell. En un terrible acto de venganza final, el ente asesinó maliciosamente a John utilizando una toxina venenosa. A pesar de haber logrado matar al patriarca, el terrorífico ente no había acabado con la familia Bell. Juró volver siete años más tarde, y así lo hizo, con ganas. Tras esta aterrorizante visita, la bruja de Bell prometió volver una vez más, 135 años más tarde…



sábado, 6 de mayo de 2017

El misterio de la isla de Hy-Brasil



Es indiscutible que la “isla perdida” más famosa es la Atlántida, que en la actualidad todavía cautiva a millones de personas. ¿Existió realmente o sólo fue un mito? En la actualidad todavía existen civilizaciones perdidas, como la isla misteriosa de Hy-Brasil (también conocida como Hy-Breasal, Hy-Brasil, Hy-Breasil, Brazir), que se cree que puede ser el origen de Brasil.


Según las leyendas, Hy-Brasil era el hogar de una civilización tecnológicamente muy avanzada, con animales gigantes y calles cubiertas de oro. Y toda la isla liderada por unos sacerdotes que tenían un conocimiento universal y con un poder que iba más allá de la propia imaginación. Y aunque Hy-Brasil puede ser encontrada en muchos mapas antiguos, la realidad es que no existe ninguna isla en la actualidad que coincida con la descripción y tampoco no hay coordenadas en los documentos históricos para indicar dónde o qué le pasó a la isla. Hy-Brasil simplemente desapareció sin dejar ni rastro.


Encuentros con la mítica isla de Hy-Brasil

Se dice que la isla de Hy-Brasil está envuelta en una espesa niebla, excepto por un día cada siete años, cuando se hace visible. Parece ser que a través de los siglos una serie de mapas parecen indicar la posición de la isla. En estos mapas, la isla se muestra circular, con un estrecho río central que recorre de este a oeste a través de su diámetro.


Mapas y descripciones documentadas de expediciones del 1300 al 1800, describen la ubicación de la isla con gran detalle. La primera aparición de la isla la encontramos en un mapa creado en 1325 por el cartógrafo mallorquín Angelino Dalorto. Dalorto situó la isla justo al oeste de Irlanda. San Barrind y San Brendan también descubrieron la isla en sus viajes y quedaron tan impresionados por sus riquezas que se referían a Hy-Brasil como “La Tierra Prometida”.


Algunos historiadores señalan que el famoso navegante Pedro Álvares Cabral también afirmó haber encontrado la mítica isla durante sus viajes en la década de 1500. Pero no fue hasta el año 1674 que el capitán John Nisbet y su tripulación afirmaron desembarcar en la isla de Hy-Brasil.


El capitán Nisbet y su tripulación se encontraban navegando las aguas de Irlanda cuando una misteriosa niebla densa se posó en su nave. Cuando la niebla desaprecio de repente, se encontraron cara a cara con una costa rocosa. Rápidamente el capitán Nisbet revisó las cartas náuticas observando atónito que se trataba de la isla legendaria de Hy-Brasil. El capitán Nisbet y su tripulación decidieron explorar la isla. Pasaron todo un día en la isla y regresaron con oro y la plata, que según ellos les fue dado por sus habitantes. Como resultado, un segundo buque fue enviado en una expedición a la isla. Capitaneado por Alexander Johnson, el segundo grupo de aventureros también encontró la isla y confirmó la versión del capitán Nisbet.


El último avistamiento documentado de Hy-Brasil fue en 1872 por el arqueólogo Thomas Johnson Westropp. Westropp había visitado la isla en tres ocasiones anteriores y estaba tan cautivado con Hy-Brasil que llevó a toda su familia para que pudieran ver la isla maravillosa en persona. Los registros de Westropp indicaron que estuvieron en la isla y también como fue testigo de cómo desaparecía ante sus ojos.


Una antigua civilización extraterrestre

La historia de la isla de Hy-Brasil fue llevada un paso más allá mediante un documental del History Channel en 2010 titulado “Ancient Aliens”. Según detallaba el documental, en 1980 el sargento Jim Penniston se encontraba sirviendo en la base militar Brentwaters, cunado un extraño objeto volador aterrizó cerca de la base. El sargento Penniston y un soldado decidieron investigar el incidente, y a medida que se acercaban observaron un resplandor intenso de color anaranjado.


Fue el sargento Penniston quien decidió acercarse para observar más de cerca el misterioso objeto. Al parecer cuando lo toco recibió telepáticamente una serie de códigos binarios. Al instante, el sargento Penniston y el soldado perdieron el condimento. Cuando recobraron el conocimiento se encontraban en el hospital de la base militar. Aunque lo más sorprendente ocurrió unos días después, cuando el sargento Penniston sintió la necesidad de escribir un código binario. Por miedo a que lo tomaran por loco, decidió esconder sus escritos durante tres décadas sin mencionar a nadie el incidente ni los mensajes.


En el programa del History Channel, este código binario fue decodificado por el programador informático Nick Ciske. El mensaje decodificado parecía indicar las coordenadas de una zona fuera del oeste de Irlanda, que curiosamente se relacionaba con la ubicación de la isla de Hy-Brasil. El mensaje decodificado decía:

La Exploración de la Humanidad continua para el Avance Planetario

Coordenadas: “52º 09´42.532″ N / 13º 13´12.69” W”

No es necesario decir que las coordenadas obtenidas telepáticamente por el sargento Penniston, coincidían con la zona donde había sido avistada la isla de Hy-Brasil.


Entonces, ¿existe realmente Hy-Brasil?

En la actualidad investigadores y arqueólogos continúan buscado la mítica isla de Hy-Brasil. Según los más escépticos los mapas antiguos señalan la isla al oeste de Irlanda, donde casualmente hay zonas de agua poco profundas conocidas como Porcupine Bank, que se cree que en algún momento de nuestra historia podría haber sido una isla.


La otra teoría posible es que Hy-Brasil es, de hecho, el reino perdido de la Atlántida, que se dice que está situada más allá de las Columnas de Hércules (Gibraltar). La supuesta ubicación de Hy-Brasil es más allá de las Columnas y por lo tanto se ajusta a la ubicación de la Atlántida como mencionó Platón. ¿Es esto suficiente para afirmar que la isla de Hy-Brasil y la Atlántida son lo mismo? Ciertamente, la ubicación y la mitología están totalmente de acuerdo.


Los Muchos Nombres de la Misteriosa Isla

El nombre de Hy-Brasil, (también llamada Hy-Breasal, Hy-Brazil, Hy-Breasil, Brazir o incluso Brasil), deriva de la palabra Breasal, que significa el Alto Rey del Mundo en la historia Céltica. La isla aparece documentada desde una fecha tan temprana como 1325, en el mapa del cartógrafo Genovés Angelino Dulcert, donde se la denomina “Bracile.” Más tarde la podemos ver en el Atlas Catalán de 1375, en el que se observan dos islas separadas con el mismo nombre, Illa de Brasil.
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En 1436 aparece de nuevo como Sola De Brasil en el mapa del cartógrafo veneciano Andrea Bianco. Adosada a una de las islas de mayor tamaño de un archipiélago del Atlántico, fue identificada durante un tiempo como la Isla Mater. Volvería a aparecer en 1595 en el Mapa de Europa de Ortelius y en el Mapa de Europa de Mercator, y ocasionalmente iba asomando en ubicaciones ligeramente diferentes en los diversos mapas que se iban editando con el paso del tiempo.


Grandes Conejos Negros y un Misterioso Mago

Allí cuentan haberse encontrado con un sabio anciano que les proporcionó oro y plata. Por extraño que parezca, el capitán explicó que la isla estaba habitada por conejos negros de gran tamaño y por un misterioso mago que vivía solo en un gran castillo de piedra. Una nueva expedición enviada poco después por el capitán Alexander Johnson también afirmó haber encontrado Hy-Brasil, confirmando la historia de Nisbet.


En los años que siguieron a estos relatos, Hy-Brasil se fue retirando discretamente al anonimato. Al fracasar los nuevos intentos de encontrarla, los cartógrafos la fueron eliminando de la mayor parte de las nuevas cartas náuticas. La última vez que se la pudo observar en un mapa fue en uno de 1865, y en él se la denomina simplemente “roca Brasil.”
El último avistamiento documentado de Hy-Brasil tuvo lugar en 1872, siendo testigos Robert O’Flaherty y T. J. Westropp. Westropp afirmaba haber visitado ya la isla con anterioridad en tres ocasiones, habiendo quedado tan cautivado por su belleza que llevó a su familia con él para que también pudieran admirarla en persona. Allí, todos juntos pudieron contemplarla surgiendo de la nada, para poco después verla desvanecerse ante sus propios ojos.
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Existen muchos mitos y leyendas en torno a Hy-Brasil. En algunos de ellos, la isla es el hogar de los dioses de la tradición irlandesa. En otros, está habitada por monjes o sacerdotes de los que se rumorea que custodian antiguos conocimientos que les habrían permitido construir una avanzada civilización. Algunos creen que el famoso viaje de San Brandán en busca de la “Tierra Prometida” podría haber tenido como destino Hy-Brasil.


En un famoso encuentro OVNI conocido como el incidente del bosque de Rendlesham, se informó de que una extraña nave había aterrizado en las cercanías de una base militar de los Estados Unidos en Gran Bretaña. El sargento Jim Penniston afirmó que al tocar esta nave se le comunicaron telepáticamente 16 páginas de código binario, transmitidas directamente a su propia mente. Transcribió el código al día siguiente, pero su mensaje solo fue traducido algunas décadas más tarde. El código parecía ofrecer un listado de coordenadas muy específicas de Hy-Brasil y también citaba su ubicación en los mapas realizados por los antiguos cartógrafos. Además, listaba las coordenadas de diversos antiguos lugares de todo el mundo, como las Pirámides de Giza o las Líneas de Nazca. Al final del mensaje se indicaban de nuevo las coordenadas de Hy-Brasil junto con su “año de origen”: 8100.


Hy-Brasil es la Atlántida Irlandesa

Aunque la Atlántida probablemente sea la civilización perdida más famosa de todo el mundo, Hy-Brasil está mejor documentada y existen más testimonios de su avistamiento.
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La leyenda podría ser una historia que se transmitió de generación en generación desde el final de la última Edad del Hielo, cuando el nivel del mar era más bajo que en la actualidad. El llamado Banco de Porcupine, por ejemplo, descubierto en 1862, parece haber sido una isla en algún momento del pasado. Situado a unos 193 kilómetros (120 millas) de la costa oeste de Irlanda, es un bajío expuesto a unas mareas extremadamente bajas, y en él se ubicaba la “roca Brasil” del mapa de 1830. El punto más alto de este banco está a unos 200 metros (656 pies) por debajo del nivel del mar, y con toda probabilidad se hundió debido a alguna catástrofe o a la subida del nivel del mar.


A día de hoy, ninguna isla con el nombre de Hy-Brasil aparece en los mapas ni en las cartas náuticas, y no disponemos de documento histórico alguno que nos indique qué fue lo que ocurrió con esta misteriosa isla. Los historiadores más académicos la consideran simplemente un error de identificación. No obstante, aún sigue siendo un apasionante enigma de la historia que con toda probabilidad será objeto de debate en el futuro.