En la isla de Taiwán, entre las poblaciones de Baishawan y Damshui, se alzaba hace un tiempo un lugar que muchos consideraron como un pueblo fantasma, aunque con la diferencia de que se trataba de una zona residencial de lujo.
La urbanización de San Zhi, construida y abandonada a principios de los años 80, pretendía ser un complejo de viviendas para personas adineradas y contaba con un diseño de corte futurista. Debido a causas aun discutidas, ha terminado siendo considerado como un lugar maldito por los vecinos de Taipei, de naturaleza supersticiosa, y no se atrevían a demolerlo y reutilizar el terreno.
Sobre las causas de por qué no se llegó a habitar existen varias historias, desde un tifón que provocó la quiebra de la empresa constructora de San Zhi hasta fenómenos extraños ocurridos durante su construcción.
Pero la más arraigada entre los vecinos del lugar es la de la elevadísima cantidad de accidentes ocurridos durante las obras, con lo que el lugar comenzó a ser considerado como maldito en el que nadie quería trabajar.
Además, se cuenta que muchos obreros escuchaban sonidos extraños e incluso aseguraron haber visto los fantasmas de sus compañeros fallecidos. Como es lógico, la promotora abandonó el proyecto a sabiendas de que les costaría mucho vender las casas, debido a la mala fama que estaba adquiriendo San Zhi.
Por ello durante un tiempo se conservó el lugar, a modo de recordatorio de la gran cantidad de víctimas que se cobró su construcción, además de haberse convertido en un reclamo para los curiosos, al contrario que ocurre con los taiwaneses, que evitaban acercarse hasta sus límites. Tal vez las historias que se cuentan sobre San Zhi sean meras leyendas urbanas, pero resulta innegable que este lugar que pretendía ser una alegre y original zona residencial parezca una ciudad del futuro tras algún tipo de terrible catástrofe.
Un lugar que fue tan evocador como inquietante, aunque por desgracia para los curiosos, San Zhi fue finalmente demolido en 2008.
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