Al este de Cusco y escondida en algún lugar de la inmensa selva amazónica, existiría una ciudad de leyenda, se la llama Paititi, la Ciudad Perdida, Para algunos no es mas que un mito al igual que el de El Dorado… ¿pero un simple mito pudo sobrevivir mas de quinientos años de historia y resonar hoy, en el siglo XXI, todavía con mas vigor que antes ?
Según una leyenda inca, el Dios andino Inkarri fundó, en un tiempo muy anterior al de la conquista española , una gran ciudad en la selva, una ciudad igual a Cuzco y ubicada a diez días de marcha de ésta, hacia el este . Se la llamó Paikikin, que en quichua significaría “igual a”,
Sería hacia ese lugar que se trasladaron posteriormente partes de los grandes tesoros incas para salvarlos de los españoles “De manera que el Paititi -dice el investigador italiano Yuri Leveratto- habría servido de último baluarte después de la toma de Vilcabamba y de la matanza de Tupac Amaru en 1572; no sólo para esconder grandes riquezas, sino también para mantener vivas tradiciones seculares y para preservar antiguas tradiciones místicas y conocimientos tanto científicos (uso de plantas medicinales y alquimia), como lingüísticos (quellca).” “Según estas creencias, -continúa explicando Leveratto- en la zona del Madre de Dios existiría aún hoy una ciudad subterránea, en varios niveles, en plena actividad. El rey de Paititi, tesorero del saber oculto de una civilización antiquísima, estaría esperando el momento justo para regresar al “mundo de la luz” y restablecer el orden roto en el pasado.”
El hecho que dio a conocer los nombres de Patití, Paytiti, Paykikin a los primeros conquistadores es la fuga del hermano del Inca Cuzqueño Guascar junto a un indeterminado numero de nobles, guerreros y mujeres incas hacia ese lugar desconocido en el año 1533, ese príncipe se encargó con su gente de poner a salvo, según documentos de la época y posteriores, grandes reliquias y tesoros de la ciudad del Cuzco capital de todo el imperio y llevarlos al Paititi. La ruta de escape que se ha establecido en la era actual es por río de Madre de Dios, que corre por entre las selvas del Perú y Bolivia.
Ya en tiempos de la conquista la codicia española comenzó a buscar los medios para llegar hasta el Paititi: Pedro de Candia ,el artillero griego (1484.1542) se adentró en el Madre de Dios llevado por los relatos acerca de una fabulosa ciudad de oro. Era el año 1538 y este soldado, lugarteniente de Francisco Pizarro. tomó el mando de 600 hombres y partiendo de Paucartambo, (Cusco) recorrió unos 150 km hacia el este hasta que su avance fue frenado por las feroces tribus de la región en una aldea llamada Abiseo, debiendo por lo tanto regresar a Cusco
La búsqueda de la Ciudad Perdida continuó a través del tiempo, mediante incontables expediciones por la selva del sureste de Perú, norte de Bolivia y también el sur-oeste de Brasil Quienes suponen que el mito refleja una realidad concreta, sugieren que la ciudad del Paititi y sus riquezas se encuentran probablemente en las selvas montañosas del sureste peruano, en el departamento de Madre de Dios, en algunos de los valles actualmente incluidos dentro del Parque Nacional del Manú, al este del Cerro Atalaya, hacia los lugares llamados Pantiacolla en cuyas cercanías existen montículos llamados “pirámides” de Paratoari
En 1925 fue el explorador Percy Harrison Fawcett, quien desapareció cuando se adentró en la región de Mato Grosso (Brasil). buscando una ciudad perdida en la Amazonia en zonas próximas a las fronteras de Brasil con Bolivia y Perú, a tal ciudad le dio el nombre Ciudad perdida de Z, en las hipótesis de éste explorador tal ciudad se confundía con la supuesta del Paititi aunque más al este, en la región del río Xingú (o Shingu).
En 1970, tres aventureros, el estadounidense Nichols y los franceses Debrú y Puel desaparecieron en la región del Parque Nacional del Manu tratando de ubicar la ciudad perdida de Paititi.
En 1997 el biólogo noruego Lars Hafskjold partió desde Sandia rumbo al este. Es posible que estuviera buscando el Paititi amazónico o la mítica tierra de los Mojos, pero nunca regresó . Sus huellas se perdieron en el Parque Nacional Madidi, en la Amazonia boliviana.
Un hecho importante en relación con la posible existencia de Paititi se produjo en el 2001, cuando el arqueólogo italiano Mario Polia descubrió en los archivos de los Jesuitas en Roma un informe del misionario Andrea López. En este informe, de alrededor del 1600, López habla de una ciudad grande, rica en oro, plata y joyas, ubicada en medio de la selva tropical, cerca de una catarata llamada Paititi por los nativos. López informó al Papa de su descubrimiento, y algunas teorías conspiracionistas dicen que el lugar exacto de Paititi se conoce pero ha sido mantenido en secreto por el Vaticano.
También en tiempos modernos se realizaron serias investigaciones relacionadas con Paititi en lugares perdidos de montañas y selvas peruanas.
Algunos de estos exploradores han sido el médico y explorador peruano Carlos Neuenschwander Landa, (1958-1980 )- quien realizó más de 15 expediciones en busca del Paititi y fue el primero en recorrer el Camino de Piedra en la cordillera de Paucartambo. Además estudió los Petroglifos de Pusharo,( a los que se relaciona con la ciudad perdida) descubrió la Fortaleza de Hualla, además de otros sitios ubicados en el valle del Rio Yavero.
También fue tras las huellas de Paititi el sacerdote salesiano argentino Juan Carlos Polentini Wester, (por informaciones y relatos del hacendado Aristides Muñiz Rodríguez de la zona de Lares y Lacco como lo relata el libro “Paititi En la Bruma de la Historia”, y “Paititi” de Editorial Salesiana )
Y, desde 1984, hasta fechas recientes , el psicólogo/explorador Gregory Deyermenjian (EEUU) y el explorador/cartógrafo Paulino Mamani (Perú). En septiembre del 2011, los investigadores Gregory Deyermenjian, Ignacio Mamani, Alberto Huillca, Yuri Leveratto y Javier Zardoya, realizaron una expedición en la cual hallaron las ruinas de la Ciudadela pre-inca de Miraflores.
En diciembre de ese mismo año , los investigadores Evandro Santiago, Zairo Pinheiro y Joaquim Cunha da Silva (Brasil) y Yuri Leveratto (Italia) acompañados por el guía local Elvis Pessoa, llegaron al sitio arqueológico de Ciudad Laberinto, (Rondonia), Tambien en ese diciembre, el investigador italiano Yuri Leveratto y la guía brasilera Fernando Chogo dos Santos llegaron a la Fortaleza del Río Madeira, sitio arqueológico ubicado en la cercanías del Río Madeira
Cabe consignar que ultimamente la estudiosa italiana Laura Laurencich Minelli ha divulgado el contenido del libro Blas Valera Exul immeritus populo suo, del jesuita Blas Valera, y dos grabados originales del 1618, donde se describe el Paititi visto desde la selva y desde la sierra.
Hay que mencionar que existe también otra versión del Paititi, la cual la sitúa mucho más hacia el este de la Paititi pre-incaica, según esta versión Paititi seria un reino inmenso localizado en los alrededores de la actual frontera entre Bolivia y Brasil, el territorio tradicinal de los Moxos (una etnia ,del grupo lingüístico arawak.) En esta versión “Paititi” tendría el significado de “todo blanco y brillante”, como el oro.
El Paititi aún no ha sido hallado y es considerado en la actualidad como el gran enigma arqueológico de Sudamérica; aunque para algunos investigadores esa misteriosa ciudad perdida sigue siendo tan sólo una simple leyenda. Una leyenda que desde hace mas de quinientos años nos dice que en las selvas de Madre de Dios, en la zona sur oriental del Perú, existe una ciudad de piedra, con las estatuas de oro de los gobernantes Incas levantadas en sus amplios jardines.; una leyenda que afirma que aún ahora , en el interior de esa mágica ciudad, el Imperio amazónico se encuentra en plena actividad, porque allí vive el último Inca, esperando el momento de retornar al “mundo de afuera” para restituir el orden que se quebró en el pasado con la invasión de Pizarro y los conquistadores españoles.
Una leyenda según la cual los habitantes de Paititi serían los “Paco Pacuris” o “Guardianes Primeros” que mencionaba la creencia andina; antiguos Maestros que fundaron en el actual Parque Nacional del Manu una ciudad subterránea anterior al parecer al Imperio Inca. Estos guardianas custodiarían los Anales de sus milenarias culturas desaparecidas, así como el sagrado Disco Solar, que otrora se hallaba en el templo inca del Koricancha, pero que fue salvado de la codicia de los conquistadores.
Paititi o Qoañachoai (como le denominan los hombres del reino Q´ero) está en plena activad.-,nos señalan algunos conocedores de los misterios- y Los Maestros continúan vigilantes.
Entonces vimos como a lo largo de la historia Sudamericana la pregunta acerca del lugar donde está o estuvo situada Paititi aún no fue respondida y se constituye en una cuestión aún vigente no obstante las muchas respuestas que se han intentado dar.
Pero entre las respuestas que se han sucedido han aparecido también algunas denuncias, tales como las del Padre salesiano e investigador Juan Carlos Polentini, Ex Párroco de Lares-Cuzco quien en el capítulo final de su libro: ‘El Paí-Titi Padre Otorongo’, (Editorial Salesiana, Lima, 1999,) realiza una grave denuncia en relación al robo de las riquezas incaicas del Paititi .
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