sábado, 18 de marzo de 2017

Algo paso en pabellón de la muerte de Pensilvania



Quien la cuenta es fue un ex prisionero que quiso permanecer en un anonimato, pero a este prisionero lo llamaremos “Joseph”. Tratando de ocultar su identidad.

Yo iba en la calles de San Francisco para tomar un café en una pequeño restaurante, cuando vi a un hombre el cual es Joseph, parecía un poco desvelado y desmejorado, era un hombre de 86 años. Yo me quede con la curiosidad de por qué estaba descuidado y pues por mi manera de tratar de ayudar a los demás le pregunte que tenia, y pues platicamos de cosas que no tenían ninguna importancia primero, y después Joseph susurro, y se sincero conmigo, me contó el motivo de porque lucia así. El me hablo de una anécdota muy perturbadora que vivió cuando era joven, el tenía como 23 años y era prisionero en lo que antes era una prisión a las afueras de Pensilvania en el año de 1954. Solo dice y titula a su anécdota “Algo paso en pabellón de la muerte de Pensilvania”


Joseph cometió fraudes lo cual su condena fue de 5 años en aquella prisión. El empezó a conocer la prisión, y empezó a ganar la confianza de algunos reclusos e inclusive guardias. Me contó que la vestimenta de él era la clásica ropa de prisionero con rayas negras horizontales, y aquella prisión, los prisioneros eran sometidos a trabajos de servicio social a la comunidad y trabajos forzados. Joseph me dijo que debido a factores por la salud, no podía cumplir dichos trabajos, inclusive me decía que se desmayaba cuando lo ponían en el sol con los demás reclusos picando piedras, así que los guardias que tomaron amistad con Joseph, convencieron al alcalde de la prisión para que el servicio de Joseph y debido a que era un excelente administrador fuera administrar los documentos de los reclusos, pero esos reclusos estaban administrados en una parte especial, era “El pabellón de la muerte”.

Joseph me conto, que él fue llevado al escritorio principal de aquel pabellón y el narra que ese pabellón era una parte un poco más oscura, con 11 celdas en las cuales había como 10 reclusos, 10 reclusos que esperaban su muerte, era 1954 y el instrumento de ejecución más popular que en aquellos tiempos en toda prisión de los Estados Unidos era más usado, era la Silla eléctrica. Joseph me conto que cuando administraba los documentos siempre tomaba como 5 minutos de descanso, y se ponía a platicar con los prisioneros que en una forma a veces paciente u otras veces desesperadas hablaban de con el de sus miedos o frustraciones, mientras ellos esperaba su muerte pacientemente. Pero Joseph nunca hablaba con un prisionero, que estaba en la última celda, a unos metros en frente del escritorio donde el administraba. Joseph le preguntaba a uno de los prisioneros llamado Ben, que por que estaba muy aislado de los demás, Ben le decía con una cara de disgusto, que aquel hombre de la última celda era un hombre enfermo y peligroso, un psicópata de verdad, que siempre estaba sentado sin hablar con nadie, era muy reservado, con pelo largo y negro que tapaba su rostro, como si ocultara algo. 


Ben le contó a Joseph y puso una cara de miedo con una mirada seria, que ese prisionero mataba con una ferocidad muy cruel, muy fría, que el solo estrangulaba y golpeaba a los demás con una fuerza que a veces parecía sobrehumana al grado que los huesos de sus víctimas se rompían como vidrios, ese hombre asesino a más de 34 personas y que fue difícil de atrapar ya que en sus víctimas se suman 16 policías que fueron masacrados, que la única manera para atraparlo fue con sedantes y policías especiales que le aplicaron dichas sustancias. Fue condenado a la silla eléctrica por ello. Ben le decía a Joseph que un día 5 policías se metieron para golpearlo, para vengar a sus compañeros caídos, pero todo se les voltio de una manera tan cruel y horrorosa ya que los policías sufrieron fracturas en los huesos uno inclusive perdió su mano, otro de ellos perdió los ojos debido a que ese psicópata le metió los dedos en los ojos y se los saco, otro sufrió una lesión craneoencefálica después de que ese psicópata agarro su cabeza y la golpeo contra la pared, y uno esos pobre 5 diablos no sobrevivió para contarlo ya que aquel hombre lo aventó fuerte contra las rejas de su celda, llegaron los demás guardias y lo sometieron con tranquilizantes y lo dejaron encerrado en esa celda hasta que se cumpla su fecha de ejecución, los demás prisioneros le tienen un pavor a ese hombre y por eso está en la última celda esperando su muerte. Ben le dijo a Joseph que los demás compañeros de celda lo denominan “el hombre sin rostro”, motivos su rostro es cubierto por su largo pelo, y desde que llego ningunos de los prisioneros le ha visto el rostro.


Joseph tomo un poco de valor e intento ser un poco reservado y va a su escritorio a terminar de administrar los documentos, pero él veía hacia el frente con una mirada de intriga hacia esa última celda, paso casi una hora y Joseph con un nivel de curiosidad tomo valor y se acerca a la ultima celda y exclama con una voz un poco nerviosa “Hola, como estas”, el tipo asiente con la cabeza y de la nada se para y corre hacia la celda sacando una mano y rasguñando a Joseph, Joseph caí al suelo y sacando un gemido se arrastra con los brazos hacia atrás, alejándose lo más posible de la ultima celda, y llegado a su escritorio mientras ben se levanta y le grita a un guardia. El guardia llega y le dice a ben y Joseph que paso, y pues ambos le contaron que paso el guardia se enojo, golpeo con la cachiporra la celda del psicópata y saco rápidamente a Joseph para que lo atendieran de esa herida.


Pasaron 2 meses y la fecha de la ejecución llego, Joseph volvió a pedir un favor a los guardias de que lo dejaran presenciar dicha ejecución, cosa que parecía una idea descabellada ya que eso no se permitía a los reclusos, pero logro convencerlos y pues presenció dicha ejecución.

En la sala de la muerte había mucha gente reclamando la cabeza del psicópata, parecía una locura y parecía inclusive que iba haber una revuelta porque era el odio que le tenía a ese recluso, decía aquel aciano en su anécdota.


Eran 14 guardias escoltando con cadenas de pies a cabeza un poco sedado y bien sostenido a aquel psicópata y lo pusieron en la silla, lo amarraron bien. Le pusieron una funda negra en la cara y le pusieron un enorme cable en la cabeza que estaba conectada a un generador de 2000 voltios. Llego el alcalde y hablo sobre las víctimas de ese hombre y dijo una frase típica en una ejecución, “que Dios se apiade de tu alma”. Aquel tipo simplemente se oían sus respiros, el alcalde dio la orden al guardia encargado del generador y se activo la silla, aquel prisionero gemía y jadeaba retorciéndose, contaba Joseph que se sentía la tensión por la gente que gritaba “sufre asesino sufre”. De la nada el juez ordena al guardia que apague el generador, que duro casi 6 minutos prendido para acabar con la vida de ese hombre, llega un doctor que se encarga de verificar la muerte de los prisioneros, sintiendo sus signos vitales, aquel doctor se sorprendió y se perturbo mucho al verificar los signos vitales de aquel hombre, el doctor le dice al alcalde que el hombre sigue vivo, como que si su alma se aferrara a su cuerpo con una fuerza de voluntad muy poderosa y el alcalde volvió a pedirle al guardia que activara la silla y ese hombre jadeaba y jadeaba, al grado que el generador se sobrecargo y se empezó a incendiar aquel asesino la gente se espanto y corría hacia la entrada como animales. Joseph contaba que una persona había muerto aplastada por la gente, los guardias intentaban controlar a todos, pero era difícil en esa marea de gente descontrolada, Joseph me dijo que se arrepentía de haber volteado hacia tras y ver a ese prisionero como se retorcía y se quemaba y que jamás olvidaría ese olor a piel quemada, que era incluso similar al olor a chicharrón de puerco que emanaba ese cuerpo quemado y que la cabeza de ese hombre estaba quemándose como una fogata, con unos ojos rojos ardiendo como el infierno mismo.


Pasaron días según decía el anciano y el ambiente en el pabellón de la muerte ya era el doble de tenso, los prisioneros estaban aun perturbados por lo que escucharon que le paso a ese hombre, debido a lo que paso los prisionero tuvieron la dicha de seguir en este mundo un poco mas ya que se descompuso esa silla eléctrica.

Pasaron dos meses y medio después de eso y llego un nuevo prisionero a ocupar la celda de aquel psicópata ya muerto. Joseph hablo con él y esa persona a pesar de tener un aspecto rudo pero amable, de nombre Charles, hombre que asesino a un yanqui por que fue sorprendido robando producto de cultivo, sostuvo una plática excelente con Joseph al igual con sus otros compañero de celda, cual fue la sorpresa para todos que en la noche iba a ser la última noche de vida de charles, en medio de la oscuridad de las celdas se oían gritos era charles como si lo estuviera siendo torturando de una manera cruel eran gritos y jadeos e inclusive estaba llorando de un dolor increíble, los demás prisioneros gritaron y llegaron los guardias, a calmar a los prisioneros de pronto un guardia vea una hilera de sangre corriendo por el suelo y aluza rápido a la ultima celda y de ahí los guardias vieron algo horrible, algo completamente inhumano y macabro, algo que Joseph cree que los guardias jamás olvidaran por el resto de su vidas, ellos aluzaron completamente la celda y vieron el cuerpo masacrado de charles completamente destrozado con los huesos saliendo de la piel y la carne casi rotos, los ojos como si le hubieran metido los dedos para sacárselos la celda embarrada de sangre con la quijada zafada. Uno de los guardias corrió el otro vomito y se puso a llorar y rápidamente notificaron al alcalde el cual obligo a toda la prisión a tanto guardias como prisioneros a saber quien fue el causante de esta masacre.


Parecía una idea descabellada del alcalde pero pues alguien tenía que ser el culpable de la muerte de ese pobre hombre, era imposible que algún prisionero fuera porque, todos estaban encerrados, los guardias tampoco, charles no tenía problemas con nadie. Así que este asesinato se reporto como un suicidio, cosa que parecía completamente estúpida y descabella decía el anciano.

Paso una semana, y llego otro nuevo recluso a ocupar aquella celda, aquel pabellón lucia tétrico, Joseph conoció aquel otro nuevo prisionero llamado Michael y pues volvió a formar una nueva amistad al igual que los otros prisioneros pero por azares del destino la desgracia cayó de nuevo era las 12 de la noche y de nuevo se escucharon gritos horribles. Los guardias corrieron hacia el pabellón y los prisioneros se asustaron, Joseph fue corriendo hacia el pabellón con un guardia que lo acompañaba (porque Joseph solicito permiso para ir al baño que por causas naturales era acompañado por un guardia para ir al baño, ya que en esos tiempos según el viejo Joseph decía que no había baños en todas las celdas, se pedía permiso para ser acompañado por un guardia para ir al baño). Como dijo Joseph, él y el guardia corrieron al pabellón al igual que todos se impactaron al ver lo más tenebroso, lo más horrible, lo mas macabro que excedía sus pesadillas más horribles, Joseph dice que este evento fantasmal mórbido, estará siempre en su memoria. El, los prisioneros, los guardias, incluso el alcalde que fue haber que pasaba vieron como el cuerpo de Michael estaba flotando como si alguien los sostuviera, como se movía de un lado para otro golpeandose contra las paredes, como se oían el tronido de los huesos de Michael, como los ojos de ese pobre hombre explotaban enfrente de todos y como se manchaba toda la celda de sangre, incluso gotas embarra los rostros de algunos guardias incluso de Joseph, el anciano me dijo que cuando el cadáver de Michael estaba ya tirado todos notaron un olor pútrido como a chicharrón quemado, Joseph y todos en esa prisión se sintieron con mucho miedo y pues después de la masacre todos teorizaban algo, el alma de ese psicópata que nunca hablaba, de ese hombre loco estaba en esa celda y seguía asesinando a quien invadiera su celda, que ya era un suceso paranormal donde su esencia seguía ahí atormentando a todos, Joseph me dijo que jamás olvidara que esa celda desde ese entonces se prohibió su uso, y que a partir de los 1980 esa prisión fue abandonada completamente por algunos asesinatos sin explicación y según suicidios que pasaron, junto con sucesos que no tienen explicación y que esa prisión a las afueras de Pensilvania sigue abandonado, que mucha gente van y sienten un clima muy denso en ese lugar abandonado. Joseph salió a los 3 años por buena conducta pero el me dijo que nunca olvidara todo esto, que esta anécdota que vivió en esa prisión nunca podrá superarla y que esa imagen de Michael sufriendo lo atormenta desde esa noche, el ya no puede dormir bien y es por eso que su salud esta descuidada y muy deteriorada.


El solo me dice, y lo dice con mucho miedo que su anécdota la llama de una manera muy humilde pero un poco larga: Algo paso en pabellón de la muerte de Pensilvania

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