Corría el siglo XVIII en la ya conocida Inglaterra ,su majestuosa arquitectura gótica, aquellos callejones empedrados, las lamparas arrojando su tenue luz sobre los caminos .Formando pequeños espectros que bailan al compás de la música nocturna.
Pero todo este paisaje tan maravilloso fue perturbado por el asesino de Lincon, en los periódicos y gacetas locales solo se leía una cosa... muerte.
La paz de los habitantes de Lincon había sido perturbado ya que hacia mas de tres meses un desconocido, bajo el resguardo de la noche, había asaltado y asesinado a mas de diez personas, este homicida se distinguía por la saña con que cometía los atracos.
Cierto día cuentan, como sobre las 12:30 de la noche unos gritos espantosos alertaron al Scotland Yard (la famosa policía inglesa).
El sargento Curtiss acompañado de un oficial de menor rango acudieron presurosos ante los desconcertantes gritos que venían de la calle contigua. Al llegar vieron sobre el piso un gran bulto el cual se retorcía cual alma en penitencia, al acercarse se percataron de que era un hombre, de sus labios solo salían incoherencias y sus ojos dejaban ver un rictus de terror .Pero los guardianes se quedaron mas perplejos al percatarse de un macabro hallazgo. Al intentar levantar a ese desconocido se dieron cuenta que se aferraba a lo que parecia ser una mano la cual lleva entre el dedo indice un precioso anillo de oro.
Ya en la comandancia con el hombre tras las rejas se declaro culpable de los diez homicidios ocurridos en la zona ,al cuestionarlo sobre que hacia con esa mano y a quien había cercenado el miembro el solo dijo que había sido al diablo que al intentar atracar a un hombre elegante que transitaba por la calle, se le acerco capazmente tomo su cuchillo y corto su mano al ver la fina joya.
Pero se sorprendió ya que aquel hombre no grito ni se quejo ante lo ocurrido y dijo que al volverse, en sus ojos rojos vio el mismo infierno, esa cara descarnada y agusanada ese olor a muerte y podredumbre solo se tiro al piso y después comenzó a gritar. Poco tiempo después uno de los oficiales reconoció el anillo el cual había pertenecido a un acaudalado hombre del lugar al cual se creía había pactado con el diablo al hacer una autopsia al cadáver del enigmático millonario, que había muerto hacia mas de doce años. La sorpresa fue inmensa al percatarse que efectivamente faltaba la mano izquierda, la misma que llevaba el asesino, la misma a la que después llamaron.... la mano del diablo!
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