domingo, 9 de octubre de 2016

La momia viviente



Todo empezó cuando un hombre acudió a su trabajo para celebrar un convención que se celebraba en la ciudad de Guanajuato. El hombre tenia una gran emoción para visitar esta cuidad, ya que esta rodeada de miles de mitos, como de diversas leyendas acerca de las momias, este estado es famoso en México.


El hombre quedo sorprendido al visitar este hermoso estado, ya que la hospitalidad de los habitantes son espectacular, son personas llenas de muchos sentimientos. Durante el primer día de conferencias salieron demasiado temprano, pues la persona que estaba encarga de dicha conferencia nunca apareció.


Como no tenia nada que hacer durante este tiempo me di la oportunidad de recorrer los hermosos paisajes que ofrece Guanajuato, particularmente las calles como también los famosos callejones, pues estos están rodeados de muchos misterios. En un momento inesperado me encontraba cerca del panteón, pero al girar mi vista esta el mas conocido museo de momias de Guanajuato.


Compre mi boleto de ingreso en la taquilla, pero aquí un extraño hombre me dijo:

– Es visitante ¿verdad?

– Sí amigo, ¿cómo sabe que son visitante tan pronto? Pregunté.

– Es sencillo, la forma que tiene de hablar es distinta a los habitantes de aquí. Ademas que esta en el momento perfecto, ya que las momias “andaban de viaje”.

– ¿Qué?

– Usted no sabe de que se habla de la exposición de “momias viajeras”, donde 36 momias dejaron este lugar para se exhibidas en Estados Unidos. Pero apenas 15 días se encuentran de regreso.

Al terminar el vendedor, realmente me quede sorprendido con lo que me contaba, por lo que cada vez tenia mas ganas de ver a las momias. Rápidamente ingrese al museo, al ingresar que impresionando con todas las momias que se encontraban en la exposición.


Cuando esta caminando me encontré con un aparador vació, raramente era de una momia, como si esta deliberadamente tomara vida para dejar su aparador, pero curiosamente su espacio esta marcado. Pero eso no era importante para mi en este momento, por lo que tome dirección a mi hotel. Al regresar visualice como un carro estaba apunto de atropellar a una mujer, por lo que no dude en arrojarla en dirección de la acera contraria.


La dama rápidamente se levanto, y me dijo las siguiente palabras:

– Muchas gracias.

Curiosamente en es momento no puede ver su rostro, ya que este se encontraba cubierto por una rara mascada de seda. Pero lo que me dejo lleno de miedo fue cuando me dio la mano, y extrañamente unos de sus dedo se cayó sobre la mía. Aquel pedo de hueso era del mismo color del que estaba marcado el la exposición, del aparador vació.

Alcé mi mirado, y grite lo mas fuerte que puede:

– ¡Pero si es una momia! Pero era demasiado tarde, pues la mujer desaparecido una manera realmente rápida.





No hay comentarios:

Publicar un comentario