Todo comenzó en el año 2003, cuando varios medios estadounidenses mostraron una supuesta relación entre algunas muertes y la aparición de una macabra criatura que vigilaba los sueños de las personas.
Son muchos los relatos asociados a esto, pero una gran parte parecen haber desaparecido de las bases digitales en donde se encontraban por razones de las que hablaremos más adelante. El Rastrillo se encuentra en esa zona difusa entre la realidad y la fantasía, pero los relatos que sobre él se encuentran son verdaderamente terroríficos.
De acuerdo con la leyenda, la criatura tiene un talento natural para la persecución y seguirá a sus víctimas allí donde estas dejen un rastro. Gusta de sentarse frente a las camas, arañando las patas y dejando algunas pequeñas marcas solo para que las personas se den cuenta de que está allí… al menos, al principio.
Seres macabros
Con el tiempo, la situación empeora. Una vez la persona abre los ojos y ve sus garras sobre el borde de la cama la criatura comienza a subirse en ella, hace sentir su peso y genera oleadas cada vez mayores de temor.
Con cada visión la situación empeora y al final termina por plantar su rostro sobre la persona, dejando caer allí su maloliente aliento y generando una sensación de horrenda angustia.
Pero nunca, por nada del mundo, debe la víctima abrir los ojos. Evidentemente es mejor si no se hace desde el principio, pero este es el punto de no retorno.
Según la leyenda, si lo hace el monstruo se presentará a sí mismo como The Rake o el Rastrillo (dependiendo de la versión), con voz chirriante, y después saldrá de la habitación. La siguiente aparición llevará a un ataque en el que la persona tendrá suerte si sale con vida.
A estas alturas, todas las posibles víctimas deben huir de su hogar y romper todo vínculo posible con el pasado, en particular eliminando aquellos recuerdos y relatos que los vinculen a la criatura. Si se contó de su existencia a alguien, por ejemplo, debe cortarse el contacto con estas personas, y si se tienen relatos escritos estos han de quemarse o borrarse de algún modo. Desaparecer es la única esperanza de sobrevivir.
Un mal histórico
Algunos interesados afirman que han recogido decenas de fuentes históricas en las que se relatan sucesos que encajan perfectamente en la leyenda. Dentro de las fuentes podríamos citar las siguientes:
Carta de un navegante de 1691
“Vino a mí en mi sueño. Desde los pies de mi cama sentí una sensación. Se llevó todo. Tenemos que volver a Inglaterra. No vamos a volver aquí otra vez, él lo ha pedido.”
Fragmento de un diario de 1880
Tengo la experiencia del mayor terror. He experimentado el mayor terror. Veo sus ojos cuando cierro los míos. Son huecos. Negros. Me miraron y me atravesaron. Sus manos mojadas. No puedo dormir. Su voz… (texto ininteligible). “
En una carta de suicidio de 1964
“Mientras me preparo para tomar mi vida, siento que es necesario disipar cualquier sentimiento de culpa o dolor que he introducido a través de este acto. No es culpa de nadie más que a él. Una vez me desperté y sentí su presencia. Otra vez que me desperté y vi su forma. Otra vez me desperté y escuché su voz, y vi sus ojos. No puedo dormir sin que me aterre lo que podría pasar la próxima vez al despertar. No puedo despertar nunca más. Adiós. “
Encontrada en la misma caja de madera donde había dos sobres vacíos dirigidos a William y Rose, y una carta suelta personal sin sobre:
“Querida Linnie,
He rezado por ti. El te ha dicho tu nombre”.
Seguramente el relato más conocido es relativo a una madre que fue testigo de la aparición de la criatura en torno al año 2006. El relato es bastante extenso, por lo que aquí lo resumiremos un poco.
En esencia ocurrió como sigue. La mujer fue testigo, una noche, de cómo la criatura se asomaba a la puerta de su cuarto e ingresaba hasta la cama. Confundida, pudo ver el rostro de terror de su esposo cuando el monstruo se inclinó sobre él y susurró unas palabras inteligibles. Inmediatamente después salió corriendo.
Temerosos de que hiciera daño a sus hijos, las dos personas salieron corriendo detrás de él y lo vieron salir del cuarto de su hija. Allí la encontraron malherida con profundas heridas producto de las garras de la criatura. Su esposo, relata la mujer, se estrelló y terminó en un lago camino al hospital: ambos, padre e hija, murieron en el choque. El Rastrillo había predicho ambas muertes.
La mujer comenzó entonces una extensa búsqueda que la llevó a conocer a varias personas que también habían cruzado caminos con la criatura, sin embargo, las pruebas eran pocas. Apenas unos comentarios en algunos portales de internet, las primeras páginas de un diario que parecía haber sido destruido, en fin, indicios, pero nunca relatos concluyentes. Solo las personas que habían vivido el terror y seguían con vida servían para corroborar su historia.
El relato termina con la mujer contando que algunas grabaciones en su cuarto (realizadas en medio de la noche, mientras dormía) han mostrado una voz extraña, chirriante, que la transporta a aquella aciaga noche en la que la criatura se inclinó sobre su esposo. Afirma que no ha sido capaz de escuchar toda la grabación… por temor a lo que allí podría decirse.
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