lunes, 3 de agosto de 2015

La carretera de los huesos de Siberia



Se dice que cada metro de construcción de la carretera costó una vida. Se cuenta que con las temperaturas existentes en la zona, una persona, perdida en esos parajes, apenas aguanta 8 horas sin congelarse. Dice la historia que cientos o miles de personas fueron obligados a realizar trabajos forzosos para construir esa carretera transiberiana, la conocida como “Carretera de los huesos“, aquella donde los que se opusieron a Stalin lo pagaron con su vida siendo enterrados bajo su asfalto.


Y cuenta la leyenda que las almas de muchos de ellos vagan por allí. Durante un tramo de casi 30 kilómetros de esa carretera la cantidad de accidentes es altísima. Cuando los conductores afectados han sido preguntados por las causas que lo motivaron, ninguno hasta ahora ha recordado el motivo.


Como consecuencia, los amantes de las leyendas, de los misterios se han lanzado a proclamar sus teorías fantasmales, aunque la que más científica de todas es aquélla que dice que los causantes tanto de lso accidentes como de los olvidos son unas filtraciones de un determinado gas…


Lo cierto es que en esa carretera, tan representativa de la barbarie humana y del genocidio, confluyen todos los ingredientes para pensar en hechos oscuros.


Cuando la Unión Soviética estaba en pleno apogeo, Stalin mandó construir una carretera en la inhóspita y lejana Siberia. La carretera, de unos 2000 kilómetros, uniría las ciudades de Magadan y Yakutsk y facilitaría el control comunista en todo este vasto territorio.


De este modo, Stalin también tuvo ocupados y alejados a miles de disidentes al régimen, que fueron los que de sol a sol trabajaron a pico y pala en la construcción de esta carretera.


El trayecto transcurre a lo largo del Círculo Polar Ártico y en él se encuentran algunas de las ciudades más frías del planeta, como Verkhoyansk. El frío allí en el invierno es tan elevado que el enterrar a los difuntos se convierte en todo un problema para los lugareños, pues el suelo, en los ciclos de congelación y descongelación, va elevando poco a poco los cadáveres desde las profundidades para escupirlos de nuevo al mundo de los vivos, para terror de los parroquianos y tortura de los enterradores, que se ven obligados a realizar de nuevo el trabajo.


Los prisioneros que trabajaban en la carretera, sucumbían como moscas ante las condiciones extremas del clima. No hay datos fiables, pero se supone que fueron miles los que allí perecieron, e incluso la leyenda local cuenta que cada metro de esa carretera costó una vida.


Bueno, la cuestión es que para los soldados que custodiaban a estos trabajadores, el tema del enterramiento de sus cadáveres no fue demasiado problemático y le dieron una solución simple. Los que morían, se iban enterrando bajo los cimientos de la carretera a medida que esta iba avanzando. De modo que hoy en día, se puede considerar esta carretera como la más tétrica del planeta pues literalmente, se rueda sobre los huesos de sus constructores.


A parte de este escalofriante suceso, este trayecto está considerado uno de los más peligrosos del mundo, pues en la época del deshielo y tras las lluvias estivales, el lugar se convierte en terrible barrizal dónde en muchos tramos se hace totalmente imposible adivinar el asfalto.


La carretera es el único modo de llegar a Yakutsk, de modo que pese a lo arriesgado de su recorrido, miles de personas se ven obligadas a recorrerlo poniendo en juego sus vidas. Los accidentes se cuentan a centenares cada año y son muchos los que, sabedores de los antecedentes del lugar, atribuyen la causa de muchos de los accidentes a los fantasmas y espectros que todavía, dicen, permanecen en aquel lugar.


La región es tan fría que las capas someras de la tierra están congeladas, de manera que se hace muy complicado enterrar a los seres fallecidos, porque la tierra tiende a expulsarles a la superficie al poco tiempo.


El caso es que, si enterrando los cuerpos estos volverían a salir a la superficie al cabo del tiempo, los comunistas tuvieron que hallar un sistema que lo evitara, la fórmula es terrorífica pero real: toda carretera se asienta sobre una capa que los ingenieros llaman zahorra. Esta capa entre el asfalto (o el hormigón) y el terreno se fabrica con piedra gruesa bien compactada y evita el contacto directo de carretera y terreno, para que éste, con sus movimientos naturales, no la agrieten y, con el tiempo, la destruyan.


Las autoridades comunistas sustituyeron la piedra natural por los huesos de los disidentes asesinados cuyo rastro desaparecía bajo la carretera. Así que cuando uno se desplaza hacia Siberia por la carretera de los huesos vive la experiencia única en el Mundo de rodar a lomos de los esqueletos de quienes se opusieron, de una manera u otra, a Stalin.


Volviendo propiamente a la carretera, decir que cruza varios rios, mejor dicho hay que vadearlos pues los puentes apenas existen en esta parte del mundo. Tiene un recorrido de 2.000 kilómetros y une las ciudades de Magadan y Yakutsk. Por esta zona se puede llegar a la ciudad más fría del mundo, Verkhoyansk situada en la República de Saja, en Siberia Oriental. La media de enero es de -46,2º C (bajo cero) y la oscilación anual es muy alta, ya que en julio se alcanzan los 15,2º C (bajo cero). Tiene 1.817 habitantes.


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