Oficialmente, conocemos la existencia de los dinosaurios desde sólo un poco más de 2 siglos... Por consiguiente, oficialmente, resulta imposible que hombres que vivieron hace 3 000, 4 500 e incluso 6 500 años, hayan podido describir y fabricar figurinas que representan animales que acabamos de descubrir ahora. Respecto a este dogma, muchos descubrimientos, igual que el de Acambaro, son negados a pesar de las evidencias del fechado... porque no encajan con lo que se cree que sabemos.
Prescindimos así de nuevos elementos capaces de hacer evolucionar nuestro conocimiento. Hasta ahí hemos llegado...
1923, Waldemar Julsrud es el codescubridor de la civilización de Churicuaro, descubrimiento disputado por un coleccionista local, rival que se empeñará en desacreditarlo.
1944, cerca de la colina del Toro, descubre varios millares de figurinas de cerámica de estilo desconocido.
Se esfuerza en interesar a los científicos, se pone a disposición de los curiosos y de la prensa, con la cual comete un error. Ante la insistencia de las cuestiones, cederá, hasta el punto de revelar su propia teoría, la cual hará "poner el grito en el cielo" a todos los arqueólogos : según él, estas figurinas en donde se ven hombres en compañía de dinosaurios provienen de Atlántida.
Desde 1945 hasta 1946, Carlos Perea, responsable arqueológico de la región de Acambaro para el Museo de antropología de Méjico, presenciará varias excavaciones oficiales emprendidas por el Museo Nacional y el Museum americano de Historia Natural, durante las cuales se encontraron también figurinas de dinosaurios.
A pesar de que los hallazgos de Julsrud no estén oficializados, no queda ninguna duda en cuanto a su autenticidad.
En 1952, el arqueólogo americano Charles C. Di Peso acude a Acambaro durante 3 días, y permanece durante 4 horas en casa de Julsrud.
Convencido de la autenticidad de las piezas, quiere comprar algunas para su museo. Julsrud se niega porque nunca tuvo la intención de sacar provecho de su descubrimiento y no quiere ver su colección diseminada antes de ser examinada por los arqueólogos. Acaba de hacerse un nuevo enemigo. Di Peso encuentra entonces a un coleccionista rival para comprarle unas figurinas, pero este último no posee más que artefactos Tarascos. Para no perder la venta y sin duda para ajustar viejas cuentas, el vendedor cuenta al arqueólogo americano que todo el asunto es una mixtificación montada por Tinajero ( empleado de Julsrud ) y sus dos hijos.
Di Peso se satisfacerá de esta explicación sin ninguna verificación. A su regreso, su reseña no sufrirá ninguna duda, todo el asunto no es nada más que una broma muy perfeccionada que engañó a Julsrud ( nadie se atreve a poner su honradez en duda ). En su artículo de abril de 1953 de American Antiquity, explica cómo llegó a esta conclusión : durante una excavación por Tinajero observó que la tierra había sido movida antes, y concluyó lógicamente que los artefactos fueron colocados para volver a ser descubiertos en su presencia. La explicación es muy diferente y será comprobada más tarde : Tinajero descubrió efectivamente el escondite, pero no tuvo tiempo suficiente para terminar un trabajo minucioso y para evitar su saqueo tapó el hoyo.
Volvió con Di Peso, satisfecho de no defraudar al arqueólogo y sobre todo no hacerle perder el tiempo. El infierno está empedrado de buenas intenciones, según se dice...
Di Peso asegurará estar convencido del fraude después del examen minucioso de cada una de las 32 000 piezas descubiertas en aquella época. ¡ Y eso en un lapso de 4 horas ! Pretende haber examinado con meticulosidad 133 piezas por minuto ! durante 4 horas sin parar ! no se trata de un arqueólogo sino de ¡ Supermán !
Pretenderá que las piezas son falsas debido a la ausencia de residuos terrosos en los huecos. Julsrud se honraba simplemente con limpiarlas meticulosamente como lo habría hecho cualquier arqueólogo autentico. Por otra parte, y el hecho fue confirmado por testigos, las piezas que no habían sido limpiadas llevaban tales residuos , etc...
Tocamos aquí un punto importante de la historia cuando argumentos no científicos sobrepasan el verdadero desarrollo de una investigación honrada ; al no poder llevarse figurinas, decidió hechar el descrédito sobre el asunto por venganza, por despecho, para ¿no poner en peligro su fama? Nunca lo sabremos.
Las medidas científicas efectuadas menos de 20 años más tarde le contradirán. Sin embargo el mal está hecho, para cualquier arqueólogo clásico el " pueblo de Julsrud " no es más que una superchería y nadie se atreverá en adelante a examinar el asunto y ariesgar su carrera y su fama.
En 1954, el gobierno mejicano manda a un equipo de arqueólogos, conducido por el Dr Eduardo Noguerain, vestigar en el sitio y excavar en otro emplazamiento, en donde otras figurinas son halladas. Concluyen a la autenticidad del emplazamiento, y cumplimentan con entusiasmo a Julsrud, delante de numerosos testigos. Sin embargo, 3 semanas más tarde, en su informe, desmientan la autenticidad de las figurinas de Julsrud por causa de representaciones de dinosaurios, ¡demasiado fantásticas para ser verdaderas!
Entre la verdad y una carrera arruinada, la elección es difícil para algunos... Y se arriesgan en negar sus propios descubrimientos...
En 1955, primera visita de Charles Hapgood ( profesor de historia y antropología en la Universidad de New Hampshire ) en Acambaro durante la cual fijará los emplazamientos y presenciará las excavaciones. Se quedará convencido de la autenticidad del descubrimiento.
En 1968, segunda visita de Charles Hapgood en Acambaro para llevarse algunas muestras y someterlas a los últimos métodos fiables de fechado : el Carbono 14 y la termoluminiscencia.
3 muestras fueron entregadas al Laboratorio de Isótopos Inc. de New Jersey para ser fechadas con carbono 14 : Muestra N°1 ( I-3842 ) : 3590 + 100 1640 antes de J.C.
Muestra N°2 ( I-4015 ): 6480 + 170 - 4530 antes de J.C.
Muestra N°3 ( I-4031 ): 3060 + 120 - 1110 antes de J.C.
En 1972, Arthur Young entrega otras muestras al laboratorio de la Universidad de Pensilvania para fechado por termoluminiscencia :
Las fechas de estas muestras eran uniformes, alrededor de 2 500 años antes de J.C.
Estas medidas científicas son fiables. Por lo tanto ¿ cambiaron los arqueológos de opinión ? No, porque se agarran a su dogma. ¡ Imposible que los hombres hayan conocido los dinosaurios ! Y eso a pesar de la evidencia...
En 1978, 2 saqueadores son sorprendidos en flagrante delito de excavación salvage cerca de la colina de la cabra. Detienen 3 300 figurinas entre las cuales dinosaurios. Estas figurinas les sirven de moneda a cambio de armas ( ¿ los traficantes de armas se harían pagar con abalorio ? ).
El Tribunal consideró que esos artefactos eran auténticos y los condenó a encarcelamiento.
En 1990, un arqueólogo independiente, Neal Steedy, eligió arbitrariamente, para excavaciones, un emplazamiento alejado del de Julsrud. Encontró unos cascos, pero ninguna figurina. Las pruebas al carbono 14 les atribuyeron una antiguedad de entre 4 000 y 1 500 años. Pero estos datos fueron rechazados y se proclamó que tales fragmentos no habrían podido permanecer más de 20 años en el suelo. Los vestigios de los Chupicuaros lo pueden, pero no los de Julsrud...
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